lunes, 30 de septiembre de 2013

INTRODUCCIÓN AL NT (I PARTE)

INTRODUCCIÓN AL CURSO SOBRE CRISTOLOGÍA, ECLESIOLOGÍA Y VICENTINISMO EN LOS 4 EVANGELIOS PARA EL 3ER AÑOR DE FORMACIÓN DE LAS ESCUELA BÍBLICA EN FUNZA IMPARTIDO DESDE EL AÑO 2010.

Capilla UniSalle Bogotá DC Julio 2013 Copyleft
El núcleo de la fe cristiana partió de una experiencia de salvación. Con la resurrección de Jesús, sus discípulos creyeron que en él se cumplían las Escrituras, que prometían un Mesías salvador. Fueron conscientes de que la fe en Cristo muerto y resucitado les había obtenido la remisión de sus pecados. Mientras tanto, se encontraban a la espera de su segunda venida y de la instauración escatológica del Reino. Este acto salvífico de Dios fue comprendido a la luz de lo que
anunciaban las Escrituras del pueblo judío. Bajo la guía del Espíritu, entendieron la correlación existente entre los hechos que habían vivido y la profecía del Antiguo Testamento. Los textos de la antigua ley revelaban el significado salvífico de ese acontecimiento y por eso mismo su relación con el presente. Como consecuencia, y desde una perspectiva que sólo la fe puede captar, la obra de Cristo, cuyo centro es el misterio pascual, fue vivida desde el principio como  emorial, es decir, como un momento que reúne en una misma acción el acontecimiento histórico de salvación pasado, el presente que lo reactualiza y el futuro al que se orienta su realización plena escatológica. De este memorial de la enseñanza y obras de Jesús nacen, a distintos niveles, la liturgia, el kerigma apostólico y la vida de la comunidad cristiana. (1)

Las reuniones litúrgicas constituían el momento principal en que los primeros cristianos celebraban el memorial de la muerte y resurrección de Jesús. En la “fracción del pan” recordaban y celebraban con la fuerza del Espíritu lo que Jesús hizo y mandó hacer la noche antes de su pasión: “haced esto en memoria mía”. Se trataba de un recuerdo que se extendía hacia el pasado, a su ministerio terreno, y hacia delante, hacia su resurrecciónexaltación junto al Padre y su segunda venida.

muerte y resurrección, comprendida a la luz del Antiguo Testamento y del propio ministerio de Jesús en Galilea y Judea7. Por su parte, la respuesta al kerigma exigía un cambio de vida y unaconfesión pública de fe8. Los que se incorporaban a la nueva fe por el bautismo debían “guardartodo lo que Jesús había mandado” (Mt 28,20) y conformar su vida a la del Maestro, siguiendo susenseñanzas. A partir de ahí, en el contexto litúrgico de la Cena y del Bautismo, iban surgiendo lasprimeras síntesis cristológicas en forma de himno9.

Cada uno de los escritos del N.T. representa la participación en la misma experiencia vividapor las comunidades en la profesión de fe y en el testimonio histórico. Al ser la fe en Jesucristo una realidad que ha de vivirse, es también una realidad que debe ser comunicada y trasmitida, y que, en consecuencia, se convierte en reflexión y en palabra escrita10.


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PIES DE PÁGINAS
1. CHAPA PRADO, Juan Y BALAGUER BELTRÁN, Vicente. XIX Curso de actualización teológica. Bogotá. Julio 2007. Memorias, pp. 4748.
7 Hch 10,3443.
8 Cf. 1 Co 8,6; 1 Tm 2,56; 6,1314; 2 Tm 4,1; etc.
9 Flp 2,611; Col 1,1520; Ef 1,314; 1 Tm 3,16; 1 P 2,2125; Jn 1,118; Ap 5,910.
10 R. Fabris, “Nuevo Testamento”, en G. Barbaglio y S. Dianich (eds.), Nuevo Diccionario de Teología, Madrid 1982, p. 1169