Además de los libros que han sido aceptados por la Iglesia como canónicos, hoy existen otros libros llamados “apócrifos”. En este encuentro vas conocer algo sobre esos libros. Ya hemos descubierto que la Biblia fue escrita originalmente en hebreo, arameo y griego, pero hoy existen traducciones en casi todas las lenguas. A nuestros ojos, pareciera que el trabajo de traducir al Biblia a los idiomas modernos hubiese sido muy sencillo y fácil, pero no fue así. Exigió muchos esfuerzos de personas y grupos que se dedicaron a copiar, revisar, comparar y presentar sus análisis de crítica textual que aparecen hoy en la Biblia.
Los libros apócrifos: Desde el siglo II a.C. hasta el siglo V d. C han surgido también otros escritos de carácter religioso que no hacen parte de la Biblia: son los libros “apócrifos”. Esta palabra griega significa “oculto” o “escondido”. Se les dio este nombre porque algunos cristianos creían que ellos contenían enseñanzas ocultas sobre Jesús, que estaban reservados o las que tenían algún tipo de conocimiento en la religión. Estos escritos tienen alguna semejanza en su forma o en su contenido con los escritos que encontramos en la Biblia, pero que finalmente no fueron admitidos en el canon por su carácter esotérico.
Existen libros “apócrifos” en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Entre los más importantes del Antiguo Testamento tenemos: el Apocalipsis de Moisés, 2 Esdras y 4 Macabeos, Henoc, Testamento de los Doce Patriarcas, Salmos de Salomón, Asunción de Moisés, etc.
En el Nuevo Testamento encontramos los “Evangelios apócrifos”, los cuales se pueden diferenciar con facilidad de los canónicos. Los primeros se limitan a desarrollar una sola etapa o aspecto de la vida de Jesús (la infancia de Jesús, sus enseñanzas, etc.) mientras que los canónicos van desde los comienzos del misterio de Jesús hasta su resurrección. La razón de esta diferencia radica en que los apócrifos pretendieron llenar vacíos dejados por los otros evangelios acerca de Jesús. Por su contenido se pueden clasificar en cuatro:
- Evangelios de la infancia: Narran el nacimiento de Jesús con un sentido eminentemente milagroso y también los milagros realizados por él durante su infancia. El más conocido hoy es el “Protoevangelio de Santiago”.
- Evangelios de dichos: contiene colecciones de dichos y enseñanzas de Jesús, que se conservaron y reelaboraron sobre todo en los círculos gnósticos, pero que aparecen sin un contexto narrativo. Los dos más conocidos son el “Evangelio de Tomás” y el “Apócrifo de Santiago”.
- Evangelios de la pasión y resurrección: pretenden comprender los relatos de la muerte y resurrección de Jesús. El que más se conoce es el “Evangelio de Pedro”.
- Diálogos del resucitado: es un tipo de escrito muy usado por los gnósticos. Se recogen enseñanzas - de tipo esotérico- del resucitado y de algunos de los discípulos. El más conocido es el “Evangelio de María”.
La Biblia entre nosotros: la Biblia necesitó más de mil años para ser escrita. Comenzó hacia 1250 a.C. y terminó alrededor del año 115 d.C. Desde esa última fecha hasta hoy, han pasado casi dos mil años. Además de la gran distancia en el tiempo, las lenguas bíblicas hoy no son conocidas entre nosotros, por eso era necesario que alguien tradujera la Biblia a las nuevas lenguas habladas. Hagamos un pequeño recorrido hasta nuestros días.
-Traducciones griegas: la traducción de la Biblia hebrea al griego tuvo lugar porque, con el pasar de los años, los descendientes de los judíos ya no hablaban ni leían le hebreo, y sí el griego. Nación así la Septuaginta o Biblia de los LXX. También surge la Héxapla (del griego, seis columnas) organizada por Orígenes. En la primera columna puso el texto hebreo; en la segunda, la trascripción del texto hebreo en letras griegas; en la tercera, la traducción de Áquila; en la cuarta, la traducción de Símaco; en la quinta, la de los Setenta, corregida por Orígenes; y en la sexta, la traducción de Teodocio. Era una colección de 50 volúmenes.
- Traducciones al Latín: la primera traducción del griego al latín es la “Vetus (antigua) Latina. Posteriormente en la época de Constantino, surgió la necesidad de traducir la Biblia al latín, fue así como nació la “Vulgata”, que significa “popular”. Fue hecha por Jerónimo.
- Traducciones a las lenguas modernas: a partir de 1500 d.C. el latín dejó de ser una lengua hablada y por lo tanto ya no era posible ofrecer la Biblia en una única lengua. Poco a poco la Biblia fue siendo traducida a diversos idiomas: alemán, inglés, francés, español, portugués y otros. Esa iniciativa de traducir la Biblia en lenguas modernas se debe sobre todo a Lutero, Calvino y los anglicanos.
Entre los protestantes españoles figura Casiodo de Reina, quien realizó una versión completa de la Biblia (1569), de gran valor literario, que fue copiada casi al pie de la letra por Cipriano de Valera (1602), esa versión es conocida hoy como la Reina Valera.
En fin, son muchas las versiones y traducción que hoy encontramos. Sin embargo hay que aclarar que solo hasta 1967, José Ángel Urbieta y un grupo de especialistas, hicieron la versión más recomendable, porque fue traducida de la versión directa de los originales hebreo y griego, por sus notas y crítica textual, la famosa Biblia de Jerusalén. Esta versión ha tenido a la vez varias versiones.
También la Biblia de América, novedosa en su traducción, es notable sobre todo por las introducciones y notas orientadas pastoral y espiritualmente. Otras versiones menos difundidas son: la Santa Biblia de las paulinas, la Sagrada Biblia de los padres claretianos y la Biblia del Peregirno (1994) que se hizo bajo la dirección de Luís Alfonso Schökel y Juan Mateos.
El texto bíblico y sus dificultades: las últimas redacciones originales de los textos bíblicos fueron hechas hace casi dos mil años. Esos testos fueron escritos en materiales perecederos, en lenguas antiguas y en lugares diferentes, en situaciones de dominación casi constante, exilios y guerras frecuentes. En esas condiciones, era imposible que llegasen hasta nosotros esos textos originales. Así, la Biblia que tenemos hoy está formada por copias de copias de esos textos.
Las copias fueron hechas por personas que sabían leer y escribir las lenguas de origen. Esas personas eran llamadas copistas o amanuenses. Muchas de ellas hacían eso como profesión. Amanuense significa aquel que “copia a mano”. Las copias que ellos hacían se le llaman manuscritos (escritos a mano).
Se presentaban muchos errores de una copia a otra, por varios motivos. El copista a veces, no miraba bien lo que estaba copiando, o no oía bien cuando alguien le dictaba, o entendía una cosa en lugar de otra, o tenía mucha prisa, o no tenía buena memoria. Por eso existen copias de libros de la Biblia en que faltan palabras, o hay palabras de más, o también hay palabras invertidas… A veces los copistas no entendían una abreviación o una palabra y cometían errores sin querer. Las diferencias entre los errores son llamadas “lecturas” o “variantes”. Esto hizo que surgiera la “Crítica textual”.
Crítica textual de la Biblia: es el arte de descubrir y corregir los errores de un texto trasmitido. Aplicada a la Biblia, trata de extraer de los diversos manuscritos disponibles actualmente el texto que, por deducciones, se acerque lo más posible al original. ¿Cómo hacer para descubrir cuál es el texto más original, cuando éste ya no existe?
Estos estudiosos siguen algunas reglas para aproximarse al texto más original: primero, escogen la variante (o lectura) que ayuda a entender y explicar otras variantes. Segundo, escogen la variante más difícil y la más corta, y no la más fácil y la más larga, porque ésta sería la redacción de alguien que ya habría intentado explicarla. Tercero, escogen la que es diferente de los otros textos paralelos.
La formación de la Biblia hebrea: las copias de los textos originales, o manuscritos de la Biblia hebrea llevan el nombre de las ciudades donde se encuentran o fueron hallados. Así tenemos los siguientes manuscritos: Manuscrito de Leningrado, del año 1008 d.C. Manuscrito de Alepo, del siglo X d.C. manuscrito de Cairota, del año 885 d.C. y un códice del año 847 d.C.
Formación del Nuevo Testamento: No existe ningún texto original. Los manuscritos eran hechas a dos tamaños de letras: mayúsculas y minúsculas. Los manuscritos de letras mayúsculas llevan el nombre de la ciudad donde se encuentran actualmente. Los manuscritos más importantes que sirvieron de base para la formación del Nuevo Testamento son: Manuscrito del Vaticano (B), Sinaítico (S), Rescripto de San Efrén y alejandrino.
Los manuscritos de letras minúsculas, los papiros y los leccionarios son clasificados por números y no por nombres o letras. El manuscrito más importante de éstos es el número 461. Trae los cuatro evangelios. El papiro más antiguo es el 52 (P52). Trae algunos versículos del evangelio de Juan. El leccionario (1) más antiguo es el número 1596.
La manera de contar el tiempo: cada pueblo cuenta el tiempo a su manera. Unos cuentan los años a partir del movimiento del sol, otros, de la luna, y otros del sol y la luna. Muchos pueblos antiguos y modernos tienen un calendario religioso y uno civil.
¿Cómo entender cuando la Biblia dice que algunas personas vivieron más de 200 años y que Matusalén llegó hasta 969 años? (Gn 5, 27). Mucha gente piensa que la manera de contar los años era muy diferente de la nuestra. ¡No lo era! El calendario egipcio, hace 4 mil años a.C. ya conocía el año de 365 días, 12 meses de 30 días más cinco suplementarios. Muy parecido con este era el calendario de Babilonia. El pueblo de la Biblia seguía esos calendarios.
La Biblia atribuye un gran número de años a uno de sus personajes para indicar la calidad de vida de los años, y no su cantidad. El autor de la Biblia no estaba preocupado por decir con cuantos años murió Matusalén, sino por decir que la vida de él fue bien vivida, lo que quiere decir que los años tienen un valor simbólico y no real.
Trabajo en casa:
1. Leer Mt 28, 16-20; Hch 2, 1-8 y contestar
¿Por qué la Biblia es traducida a tantas lenguas?
2. Escriba las dudas que le han surgido hasta ahora en el estudio de la Biblia.
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