miércoles, 15 de febrero de 2017

CRISTOLOGIA EN SAN MARCOS III

LA VICTIMA LLEVADA AL MATADERO
Carcassonne Francia
¿Cómo puede un crucificado ser el Mesías? ¿Dios puede sacar algo del fracaso? Jesús, el ser humano pleno, expresa sus sentimientos ante la realidad conflictiva que vive y su búsqueda de sentido y de fidelidad al Padre en dos momentos cruciales:
 * En Getsemaní: “ Mi alma está triste hasta el punto de morir” ( Mc 14, 34)
 * En el grito de la cruz: “Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has abandonado?” (Mc 15, 34).
El relato de la pasión en Marcos no pretende conmovernos y hacernos llorar, ni despertarnos sentimentalismos, sino que quiere hacer reflexionar y permitir a sus lectores que encuentren el sentido de lo que estan ocurriendo. Lo que le importa a marcos es que se comprenda el por qué, el cómo y el para qué del escandalo de un mesías crucificado, y los planes de Dios en él. Marcos quiere lanzar la mirada hacia atrás, para descubrir en la escritura que los designios de Dios se han logrado siempre desde el fracaso, desde lo pequeño y vulnerable. (43)

 La condición humana de Jesús toca fondo. En este momento, ¿Jesús debería huir y ocultarse? ¿O es que huir en ese momento sería perder la credibilidad y desautorizar su testimonio? ¿Huir sería abandonar la causa del Padre? ¿O será que la muerte será más dañina para el proyecto del Reino de Dios? ¿Si el Padre no lo libra de la muerte, entoces quién creera en la salvación de los marginados, de las victimas? ¿A caso Jesús no había echo ya todo lo que debía hacer por el reino, por cumplir la voluntad del Padre? 44

Al aproximarnos a la muerte de Jesús, notamos la soledad creciente que experimenta frente al trágico desenlace que se dislumbra. La incomprensión de sus discipulos va unida al silencio del Padre. Jesús derrumba todas aquellas imágenes que el ser humano ha fabricado de Dios.

Jesús tiene un deseo profundo de que pase aquella hora. Aunque le pide al Padre que “ si es posible” , esto no disminuye su angustia y su resistencia ante la mueerte: no quiere un final violento. Jesús querría que el poder del padre interviniera en la historia contra las desiciones humanas injustas que lo condenan, sin embargo ese concepto que Jesús tiene del Padre también se va a caer. Jesús cree que el Padre lo puede todo (Cfr. Mc 14 36; 10,27), y en el momento menos esperado, ante la muerte, va a descubrir que no. Su Padre no lo puede todo en la historia; “que no hay equivalencia entre “Pdre” y “poder”, porque el Padre no puede nada en la historia al margen o en contra de la voluntad de los seres humanos, ni podrá evitar la muerte de su Hijo”45, porque su manera de ser Dios en la historia es haciendose carne, lo que se pudre, lo que es debil (Kénosis). Dios ofrece la vida, pero no la impone.

La petición de Jesús se opone al modo de ser del Padre, ya que este no actua mágicamente. Jesús deberá cambiar su actitud, pasando de la resistencia a la sumisión, en medio de la total incomprensión: “no lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mc 14- 36). Jesús debe fiarse en su Padre incluso ante el fracaso y la muerte.46

Aqúi surge una pregunta fundamental, ¿qé es lo que el Padre quiere de Jesús? El texto de Marcos nos dice que no es el Padre el que entre al Hijo en manos de los pecadores (Cfr Mc 14, 31); quien lo entrega es un ser humano (Mc 14, 42). El Padre no quiere más sangre, no quiere más muerte, no quiere que su hijo muera para satisfacerlo, sino que no evada mágicamete la condición humana: que permanesca fiel y que asuma la conflictividad de su historia hasta el final, como consecuencia de su opsión a favor de la vida amenazada, y que no resista a la violencia usando un poder similar al que lo condena. Sólo así podrá desenmascarar el carácter homisida del “poder”… y romper el circulo dibólico que excluye al pueblo de la vida.47
Jesús deberá dejar en las manos de su Padre el desenlace trágico de su vida y el Reino, esperando contra toda esperanza.

¿Cómo entender el grito desgarrado de Jesús: “ Dios mio, Dios mio, ¿ por qué me has abandonado? (Mc 15,34). Esta es una clara alución al salmo 22, que presenta claramente la imagen del Justo que sufre. Al experimentar el babandono del Padre se da la ocación propicia para que la fe vuelva a nacer: no hay más esperanza, excepto Dios, aunque él esté en silencio. Es un grito que insiste por una explicación que sólo puede venir de Dios mismo. Jesús cree que Dios tiene la obligación de responderle, pues su muerte y su sangre seguiran reclamando Justicia.48
Jesus nos sigue preguntando hoy, “ y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?” (Mc 8 29)  

43. Cfr DELORME, Jean. El Evangelio según San Marcos. Editorial verbo divino. Navarra España. Cuarta edición. 1982. pg 102- 103
44. Cfr. Opcit BRAVO GALLARDO, Carlos. Pg 226-227.
45. Opcit BRAVO GALLARDO, Carlos. Pg 227.
46 Cfr. Ibid pg. 227-228
47 Ibid pg. 228

48 Cfr. Opcit DELORME, Jean. pg 108.

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