jueves, 11 de diciembre de 2008

PRIMER DÍA: HISTORIA DE SALVACIÓN

MOTIVACIÓN

Comenzamos hoy la novena de preparación a la gran solemnidad del nacimiento de nuestro Salvador. Queremos hacerlo con la mejor disposición y, más que pedir favores para nosotros, deseamos crecer en la amistad con Jesús y hacernos cada vez más dignos del misterio de la encarnación del Hijo de Dios, por el cual Dios se ha hecho tan cercano y solidario con nosotros. Por eso, además de contemplar cada día el pesebre, vamos a meditar en el Evangelio el misterio de nuestra salvación.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS (Mt. 1, 1-17)

PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

Se organiza una presentación con los personajes más sobresalientes de la historia de la salvación. Se lee el siguiente texto y, a medida que se van nombrando los personajes, van saliendo al frente y van formando una fila.

Historia de la salvación:
Así como el arquitecto, desde el principio proyecta dónde va a quedar la sala, el comedor, las alcobas, la cocina, los baños, el patio, etc. Así, estimada comunidad, Dios tiene un plan. Ese plan consiste en hacer de la humanidad un pueblo unido por los lazos del amor.

Este es el plan total, allí estamos todos. Iniciemos este recorrido por la carretera del plan de Dios, pero ésta carretera la vamos a hacer en etapas:

Primera etapa: lo primero que observamos a nuestro alrededor es el universo material, las montañas, el firmamento, los ríos, los animales, etc. Todo este universo los creó Dios para el hombre. Al hombre Dios lo creó a su imagen y semejanza, es decir, inteligente, libre y sociable. Pero el hombre no quiso aceptar este plan. Se fue por un terreno peligroso hasta caer en eL abismo: el pecado.

Sin embargo Dios no abandonó al hombre sino que le prometió un salvador. El proyecto de Dios no termina aquí, sino que continúa con la Segunda etapa cuando llama a Abraham, hombre de fe, para hacerlo padre de un gran pueblo, para que mostrase a todos los hombres el plan de amor de Dios.

Pero ese pueblo fue perseguido y esclavizado, sin embargo Dios no abandona a su pueblo, sino que envía a Moisés para sea el líder del pueblo, lo saque de la esclavitud y lo lleve a la tierra prometida. Cuando el pueblo se libera de la esclavitud, pasando por el mar Rojo, comienza a celebrar la Pascua como fiesta de liberación.

Cuando el pueblo se encuentra en tierra que Dios le había prometido, le envía jueces como Sansón para que los defienda de los enemigos.

Luego le envía Reyes como David y Salomón, para que le den unidad al pueblo en los aspectos social, político y religioso.

Como el pueblo, a pesar de todo, es infiel, Dios llama a Profetas y los envía para que hagan caer en cuenta a la gente de sus pecados y para que anuncien la salvación y llamen a la conversión.

Tercera etapa: por fin llega el Salvador anunciado. Juan el Bautista viene antes a prepararle el camino. Este Salvador tan esperado es Jesús de Nazaret. Jesús Hijo de Dios, nació como uno de nosotros, de una mujer. Aún más, llegó a un hogar pobre, sencillo y humilde, formado por José un carpintero y por María, que por ser la madre de Dios aparece como una mujer piadosa.

Ese Jesús vino a mostrarnos una comunidad donde no existe el odio sino el amor, donde no existen las divisiones sino la unidad, donde no existen las mentiras, sino la verdad, donde no existen los vicios sino la santidad, donde no existe el secuestro sino la libertad.

Cuarta etapa: Jesús funda un nuevo pueblo: LA IGLESIA. Para organizar ese nuevo pueblo, escoge a doce trabajadores. “Sígame, yo los haré pescadores de hombres”.

Y después de su muerte y resurrección, Jesús les participa del poder del Espíritu Santo, para que salgan con valor y entusiasmo a anunciar la Beuna Nueva del Reino. La misión que Jesús deja a ese nuevo pueblo, es decir, a la Iglesia, es la DE DAR A CONOCER A LOS HOMBRES LA PERSONA Y EL MENSAJE DE JESÚS.

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