sábado, 13 de diciembre de 2008

TERCER DÍA: EL SEGUNDO GRAN ANUNCIO DE LA BUENA NUEVA



MOTIVACIÓN


En éste tercer día, dispongamos nuestro corazón para escuchar la Palabra de Dios y reflexionar sobre el gran acontecimiento de nuestra salvación. Dios nos da a conocer una gran noticia que nos llenar de mucha alegría. Iniciemos la reflexión de este día con el deseo profundo de ser comunicadores de esta Buena Nueva.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS (Lc 1, 26-38)

PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

Al igual que el primer anuncio, el texto de hoy, nos presenta los mismos elementos, es decir, una aparición del ángel, una turbación por parte del destinatario, una entrega del mensaje, unas objeciones y un signo. Pero al hacer la comparación en su conjunto, se constata, sin embargo, que mientras los tres primeros elementos encajan perfectamente en el modelo del primer anuncio, los dos últimos elementos desbordan dicho esquema en cuanto al contenido.

En efecto, en los anuncios de nacimiento, la situación concreta de los protagonistas es idéntica en todas las narraciones menos en el texto de la anunciación a María. Se trata de la imposibilidad de concebir por esterilidad, a lo que añade en algunos casos, la edad avanzada de los personajes.

Por el contrario, en la anunciación a María, no se trata de esterilidad ni de edad avanzada, sino de una joven prometida a José. Por consiguiente, la objeción de María, cambia la temática de las objeciones de los personajes de los otros anuncios.

María no pide propiamente una señal, sino una explicación sobre “cómo” se realiza lo anunciado por el ángel, dado su estado de virginidad actual. Aclarado este punto, la segunda intervención de María, es la aceptación de lo anunciado por el ángel, es un acto de fe, y con esto concluye la escena.

¿Qué invitación nos trae el texto? El texto de hoy nos hace centrar laminada en un personaje: María. Ella recibe el mensaje de Dios, ella pide que le expliquen el mensaje y ella acepta el mensaje. La Buena Noticia de esta Palabra es que también en nuestros hogares puede nacer el Hijo de Dios. Pero ¿cuales son las condiciones para que nazca se Niño en nuestras familia? Que recibamos el mensaje de Dios, que profundicemos en la Palabra y que aceptemos por la fe lo que nos dice ese mensaje.

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