sábado, 13 de diciembre de 2008

NOVENO DÍA: AL VER AL NIÑO ANUNCIADO, LOS PASTORES ALABAN A DIOS


MOTIVACIÓN
Esta noche celebramos la Navidad. Que este encuentro nos ayude a acoger el misterio de Dios “escondido desde antiguo y ahora manifestado”. Es la noche que nos llena de alegría y que nos permite acoger la Buena Noticia de la venida del Señor y lo que significa para nuestra vida. Dispongamos nuestros corazones para recibir la luz de lo alto y festejar este gran acontecimiento de nuestra Salvación.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS (Lc 2, 1-14)

PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

Os anunciamos, hermanos, una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo; escuchadla con corazón gozoso: Habían pasado miles y miles de años desde que, al principio, Dios creo el cielo y la tierra e hizo al hombre a su imagen y semejanza; y miles y miles de años desde que cesó el diluvio y el Altísimo hizo resplandecer el arco iris, signo de alianza y paz; en el año 752 de la fundación de Roma; en el año 42 del imperio de Octavio Augusto, mientras sobre toda la tierra reinaba la paz, en la sexta edad del mundo, hace 2008 años, en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado entonces por los romanos, en un pesebre, porque no tenía sitio en la posada, de María Virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, Dios eterno, Hijo del eterno Padre y hombre verdadero, llamado Mesías y Cristo, que es el Salvador que los hombres esperaban.

Nosotros los que creemos en él, nos hemos reunido hoy, para celebrar con alegría la solemnidad de la Navidad, y proclamar nuestra fe en Cristo, Salvador del mundo. Hermanos, alegraos, haced fiesta y celebrad la mejor noticia de toda la historia de la humanidad.


“Vivamos alegres en la espera del Señor”

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