viernes, 26 de junio de 2009

LA GLOBALIZACION HELENISTA INVADE LA CULTURA DE ISRAEL


Helenistas (griegos) y judíos viven mundos culturales diversos. Cuando Grecia dominó a Judea, algunos reyes griegos quisieron imponer sus tradiciones culturales a los judíos. Pero encontraron mucha resistencia de una fracción significativa de la población. La élite, sin embargo, se adhirió en gran escala a la helenización.


Alejandro Magno y la expansión del imperio: 336-323 a.C.

Filipo de Macedonia, en el 338 a.C., logró unificar bajo su imperio a toda Grecia. Pero no reinó durante mucho tiempo, pues fue asesinado en una riña familiar. Su hijo Alejandro lo sucedió y siguió con las campañas militares de expansión territorial de su padre. Conquistó Siria en el333 a.C. y, en seguida, Tiro, Fenicia y Gaza, llegando hasta Egipto, donde fundó la ciudad de Alejandría, en el33l a.C. En el mismo año conquistó el imperio persa, que era su mayor sueño.


La difusión del espíritu griego en el espacio fenicio Palestina no se dio de modo uniforme. Alejandro Magno, al comienzo, conquistó al antiguo núcleo israelita de las montañas de Samaría y de Judá y la planicie costera, y siguió hacia Cisjordania, llegando hasta Transjordania, donde fundó la Decápolis, formada por diez ciudades griegas, entre las cuales se destaca Gadara. Del 330 al 326 a.C., alcanzó progresivamente el Oriente y llegó hasta la India. Poco a poco fue asentando las bases para el gran imperio helenista. Con sólo 32 atlas, Alejandro enfermó, como consecuencia de la malaria que azotó a Babilonia, y murió en el 323 a.C. Muchos hasta hoy lo consideran un genio de la estrategia y de la organización militar, pues nunca perdió una batalla. Era inteligente y estaba dotado de un gran valor.


Su muerte prematura desencadenó la ambición de los cuatro diádocos (es decir, generales) en la disputa por la sucesión del imperio, que, luego de muchas luchas, fue dividido entre ellos. Seleuco se quedó con Persia, Mesopotamia y Siria. Lisímaco se apropió del Asia Menor y de Tracia. Cassandro se estableció en Macedonia y los Tolomeos, también conocidos como Lágidas, ocuparon Egipto, Fenicia y la tierra de Israel.


Con esta nueva fase comenzó el período conocido como helenismo, caracterizado por la "fusión" de dos tradiciones culturales: la cultura occidental griega y la cultura oriental semita. Sin duda, esta mezcla no se dio en su totalidad en la vida de ambos pueblos. Los judíos, sobre todo, se resistieron mucho a la helenización, aunque ésta haya dejado sus huellas, como lo veremos más adelante.


Israel bajo el dominio de los Lágidas de Egipto: 323 - 198 a.C.

Tolomeo era uno de los cuatro generales del ejército de Alejandro Magno. A él le correspondió Egipto, Fenicia e Israel. Era hijo de Lagos de Macedonia, de donde vino el nombre de la dinastía de los Lágidas de Egipto, conocidos también como Tolomeos de Egipto. Estos vivían continuamente amenazados por los Seléucidas de Siria, que ambicionaban su territorio. La secuencia cronológica de sus reyes, según los escritos de Flavio Josefo, Zenón, Aristeas y las referencias bíblicas (Daniel 11; 1 y 2 Macabeos) nos ayudan a ubicar los acontecimientos:


• Tolomeo I Soter: 323-285 a.C.

• Tolomeo II Filadelfo: 285¬247 a.C.

• Tolomeo III Evergetes: 247¬221 a.C

• Tolomeo IV Filopátor: 221¬03 a.C.

• Tolomeo V Epífanes: 204- 81 a.C.


Los Tolomeos establecieron la capital del reino en Alejandría de Egipto. No todos los reyes dieron igual importancia a la tierra de Israel. Destacaremos dos reyes de este período: Tolomeo I Soter y Tolomeo II Filadelfo.


Tolomeo I Soter (323-285 a.C) conquistó la tierra de Israel Llegó a Jerusalén hacia el 320 a.C., en un día sábado y con el pretexto de llevar una ofrenda al Templo, se apoderó de éste y de toda la ciudad. Apresó a numerosos judíos y los deportó a Alejandría. El segundo hecho impol1ante en su gobierno fue el incentivo dado a la cultura, al fundar un museo en Alejandría de Egipto. Tolomeo I Soter fue sucedido en el poder por Tolomeo TI Filadelfo (285-247 a.e.). Éste se destacó por dos hechos que tuvieron repercusión sobre la región de Israel: El primero fue haber conseguido un tiempo de paz con los Seléucidas de Siria. Para ratificar esta alianza, Tolomeo 11 concedió su hija, Berenice, en matrimonio, a Antíoco II, Teo, de los Seléucidas de Siria, quien, por ese motivo, despidió a su esposa legítima, Laodicea (cf. Dn 11,6). Posteriormente ésta toma venganza del marido y lo envenena, al igual que de Berenice y del hijo que ésta había tenido con Antíoco n. El segundo hecho de gran importancia para los judíos que vivían en la diáspora es de orden cultural y religioso. Tolomeo mandó traducir la Biblia hebrea al griego, para conservarla en su museo de Alejandría, según informaciones de la pseudo-cat1a de Aristeas.


La dinastía de los Lágidas de Egipto perdió la hegemonía sobre Judea hacia el año 198 a.C., en la batalla de Panión, y a partir de esta fecha los Seléucidas de Siria comenzaron a dominar sobre la región de Judea. En el período de los Tolomeos surgieron diversos escritos que reflejan su contexto histórico y sus problemáticas más agudas.


Época de los Tolomeos: los antiguos escritos se iluminan

Gran parte de los antiguos escritos alcanza su redacción definitiva en este período: los libras de Esdras, Nehemías y 1 Y 2 Crónicas se atribuyen al mismo autor, llamado Cronistas. Los dos libros de las Crónicas habrían constituido inicialmente una sola obra, igualmente Esdras y Nehemías. De hecho, son muy semejantes en su estilo y contenido. Tratan de los mismos temas fundamentales: el Templo, el culto, el clero, el gobierno de David y la restauración de la comunidad pos-exílica.


Un testimonio a favor de la unidad de la obra cronista, hoy formada por los cuatro libros, es el final de 2 Crónicas, literalmente igual al inicio del libro de Esdras: "En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Yahveh, por boca de Jeremías, movió Yahveh el espíritu de 9iro, rey de Persia, quien, mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino. “Así habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Élme ha encargado que le edifique una Casa en " Jerusalén, en Judá [...]'" (cf. 2Cro 36, 22-23; Esd 1,1-3c).


No obstante, en nuestras Biblias, la obra cronista comprende cuatro libros, que abordaremos por separado.


Primer libro de Crónicas: se reafirma la herencia de David

1 Crónicas retoma las listas de las genealogías contenidas en el libro del Génesis 1-12. En el Génesis, las genealogías van desde Adán hasta Abrahán. También 1 Crónicas comienza con Adán y llega hasta el final del reinado de David. El segundo libro de Crónicas comienza con Salomón y sigue hasta el siglo V a.C., después del exilio de Babilonia.


Podemos dividir 1 Crónicas en dos partes. En la primera, el cronista muestra un interés particular por la tribu de Judá, por la descendencia de David y por los levitas y habitantes de Jerusalén (1 Cro 1-9), preparando, de esta forma, la historia de David, personaje central de la segunda parte del libro (l Cro 10-29). El autor de las Crónicas ignora las fallas del rey David presentadas en los libros de los Reyes: desavenencias con Saúl, el deseo por la mujer de Urías, las intrigas familiares por la sucesión y las revueltas de sus generales. El libro muestra, por otro lado, interés por la profecía de Natán a favor de la casa de David (1 Cro 17) y por las instituciones religiosas de aquel tiempo: el arca y la organización del culto en Jerusalén (1 Cro 13; 15¬16), los preparativos para la construcción del Templo y las funciones desarrolladas en éste por parte de los levitas, las clases sacerdotal es, los cantores y porteros (1 Cro 21¬28). Muestra la preocupación de David por las ofrendas del Templo (1 Cro 29,1-20), sin embargo no será él quien lo construya, sino su hijo Salomón, como aparece en la segunda obra de Crónicas.


Segundo libro de Crónicas: la bendición de Dios para la casa de Judá

2 Crónicas también se presenta en dos palies. La primera comienza con la oración de Salomón, pidiendo a Dios la sabiduría para gobernar bien. Sigue la construcción del Templo y su dedicación, el traslado del Arca, las oraciones, los discursos y un elogio a la gloria de Salomón. También acerca de Salomón el autor ignora las sombras que hubo en su reinado, y por el contrario resalta su riqueza y gloria, frutos de la bendición divina (2Cro 1-9). Lo que interesa al autor en la segunda parte de la obra es la exaltación de la monarquía del reino de Judá y de la dinastía davídica. Todos los reyes son juzgados según la fidelidad o infidelidad al Señor. Y el modelo, el parámetro del juicio es el rey David, fiel a Dios. Ningún rey fue fiel al Señor; todos fueron infieles y son desaprobados por el cronista. De Judá, al sur, sólo dos reyes merecieron aprobación: Ezequías y Josías. Éstos fueron aprobados por la reforma religiosa que comprendieron en su gobierno (2Cro 29-35).


Esdras y Nehemías: el renacimiento de la comunidad judía

Esdras y Nehemías formaban un solo libro en las biblias hebrea y griega, bajo un único nombre: Esdras. En la traducción de las lenguas originales al latín, la Vulgata, san Jerónimo lo dividió en dos libros: Esdras y Nehemías. Las narraciones de las Crónicas terminan con la ruina de la monarquía en el reino de Judá, mientras Esdras y Nehemías retoman la historia después del exilio, con el edicto de Ciro que daba libertad a los exiliados para volver a su tierra, y abordan los diversos proyectos de reconstrucción de Judea y de la comunidad de Israel.


Esdras y Nehemías tienen los mismos grandes temas: el templo, la ciudad de Jerusalén y la comunidad del pueblo escogido. La primera preocupación de los exiliados que volvieron a la patria fue la reconstrucción del Templo (Esd 1,2), que era la expresión máxima de la presencia de Dios en medio del pueblo, el lugar por excelencia para mantener la relación con el Señor mediante el culto, los sacrificios y las ofrendas. Al Templo están ligados aquellos que sirven a Dios y lo representan ante el pueblo: los sacerdotes, los objetos de culto, las ofrendas (Esd 1,9-11; 2,68-69) y el altar, el primero en ser restablecido para ofrecer sobre él los sacrificios a Dios (Esd 3,1-7).


La segunda preocupación que se refleja en estos escritos es la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén, destruida por Nabucodonosor en el 587 a.C.; ciudad santa que cobija al Templo y al pueblo escogido. Nehemías pidió autorización al rey persa para reconstruir las murallas de la ciudad. Finalizó con éxito la obra, a pesar de las resistencias que encontró.


La tercera preocupación que se refleja en estos libros es la restauración de la comunidad, del pueblo escogido por Dios. Este pueblo no tenía ya independencia ni autonomía nacional. Se preocupó, entonces, por conservar la identidad ética y religiosa, volcándose a la observancia rigurosa de la ley de Dios, de las fiestas, de la circuncisión, del sábado y de los diezmos destinados a los sacerdotes y al culto (Ne 10; 12; 13,1-22). Hizo un gran esfuerzo para el imitar los matrimonios mixtos (Esd 10; Ne J 3,23-30) y las desigualdades sociales (Ne 5).


Conozcamos lo específico de los libros de Esdras y Nehemías.


Esdras: el primado de la Ley de Moisés

El libro de Esdras puede dividirse en dos grandes bloques: de 1-6 y de 7-10. En el primer bloque, el autor retoma la historia desde el edicto de Ciro, en e1538, que daba libertad a los exiliados para volver a Jerusalén y reconstruir el Templo. Las obras de reconstrucción se comenzaron, pero fueron obstaculizadas por la oposición de los samaritanos. El segundo bloque narra la llegada del escriba Esdras, encargado de los asuntos judíos en la corte persa, a Jerusalén. Llegó con un decreto que le daba autoridad para imponer la observancia de la Ley de Moisés, reconocida como Ley de Dios y del rey (Esd 7,26).


Nehemías: la comunidad retorna la Alianza

'El libro de Nehemías presenta la primera y la segunda misión de Nehemías y la situación de los habitantes de Judá. Este libro puede estudiarse en cuatro bloques. En el primero (Ne 1,1-7,72) el autor presenta la primera misión de Nehemías: la reconstrucción de los muros en Jerusalén y las dificultades que encontró para llevarla a cabo. En el segundo (Ne 7,72b-l0, 40) narra el nombramiento de Nehemías como gobernador de Judá'. Esdras hizo la lectura solemne de la ley y celebró con el pueblo la fiesta de las Tiendas, donde todos confesaron sus pecados y se comprometieron a observar la Ley. El tercer bloque (Ne 11,1-13,3) trae diversas listas de los moradores de Jerusalén, de la provincia de Judá, de los sumos sacerdotes, de los levitas y otras. Presenta la dedicación de las murallas de Jerusalén. El cuarto y último bloque (Ne 13,4-31) narra la segunda misión de Nehemías en Jerusalén, ante la comunidad judía, y aborda cuestiones relacionadas con el orden en el Templo, el diezmo de los levitas, la observancia del sábado y el matrimonio con mujeres extranjeras.


2 Zacarías 9-14: el Rey Mesías es humilde y manso

El libro de Zacarías fue escrito en dos épocas distintas: en el período persa, los capítulos 1 -8 (Zc 1,1), hacia el 519 a.C.; y en el período griego, los capítulos 9-14 (Zc 9,1 -8).


En la segunda parte, la preocupación central es la llegada de los tiempos mesiánicos. Hay una referencia explícita a la campaña de Alejandro Magno, en el 332 a.C. (Zc 9,1-8). En los capítulos 9-11 predominan el texto en poesía y la utilización frecuente de los libros de Jeremías y de Ezequiel. Se habla de un rey humilde, montado en un borrico (Zc 9, 9- 10), que la tradición cristiana releyó presentando a Jesús, el nuevo Rey Mesías, que entró triunfal en Jerusalén, antes de celebrar la Pascua.


Los capítulos 12-14 son escritos casi todos en prosa y, en perspectiva apocalíptica, hablan del "traspasado" con referencia al pueblo (Lc 12,10); el Nuevo Testamento hizo una aplicación de estos textos a Jesús.


Malaquías: coherencia y sensibilidad

Malaquías, en hebreo, significa "mi mensajero". El libro refleja los grandes problemas que emergieron ya en el período de Nehemías y Esdras y continuaron en el período helenista: los matrimonios mixtos y la práctica inadecuada del culto.


El profeta hace una. Acusación contra los sacerdotes que ofrecían a Dios sacrificios de animales defectuosos (MI l ,7¬8.13), mostrando que realizaban un culto vacío que no servía a Dios (MI 2,2). En este escrito el autor aborda también la cuestión de los matrimonios mixtos. Su opinión parece ser contraria a la de Nehemías y de Esdras, que se oponían a esta práctica (MI 2, 14, cf. Esd 9; Ne 6,18; 10,31; 13,23-27). Sin embargo, en otro texto, el profeta parece también oponerse a los matrimonios mixtos por el riesgo de idolatría que representan (MI 2,11).


Eclesiastés: el sentido de la vida humana

El libro de Eclesiastés es también conocido como Cohélet (Qohélet), que en hebreo significa "aquel que habla en la asamblea". Si por un lado el nombre señala al orador, por otro indica también a la asamblea que éste representa. Cohélet parece estar cansado de la enseñanza clásica de mucho tiempo, tanto en el helenismo como en el judaísmo. Contra el helenismo, que apreciaba el cuerpo, el placer de los sentidos, el lucro, el poder, el enriquecimiento y el conocimiento, Cohélet afirma categóricamente: "He comprendido que aun esto es atrapar vientos" (Ecl 1,17; 2,1): "Vanidad de vanidades, todo es vanidad" (Ecl l, 2). ¡Todo no es más que un soplo! Cohélet cuestiona, también, la doctrina oficial judía sobre la retribución y la piedad tradicional (Ecl3, 12-22).


La obra puede estudiarse en dos grandes bloques: de 1 a 6 el autor relativiza todo como "viento", porque nada de este mundo trae felicidad. Ni el mismo Salomón con toda su pompa y sabiduría conoció la felicidad (cap. 2). La mitad de las acciones humanas son un gesto de luto (cap. 3). Luego, evalúa los males de la vida en sociedad y dinero (caps. 4-6). En los capítulos 7-12 considera la práctica de la sabiduría que conduce a la moderación; habla sobre las injusticias, el des- g. tino del ser humano, hace un elogio de la vejez (Ecl 12, 1-8) y, en el epílogo, reporta el encomio de un discípulo a Cohélet.


El autor enfrenta la vida humana, bajo diversos aspectos, con mucho realismo, llegando en algunos momentos a la ironía y al pesimismo. Para él, el verdadero "temor" consiste en que el ser humano tenga conciencia de sus limitaciones. Por más que lo intente o se esfuerce, el ser humano es imperfecto, no es Dios: debe aceptar sus límites.


Esther: el amor valeroso vence la muerte

Existen dos versiones del libro de Ester, una en hebreo y otra en griego. La versión griega aumenta, desde el inicio hasta el fin del texto hebreo, 93 versículos a los 167 ya existentes en la versión hebrea. En las traducciones católicas, las adiciones en griego vienen insertas en la narración hebrea.


La versión hebrea cuenta la llegada de Ester al trono de Persia y el descubrimiento de una celada contra el rey de Persia, maquinada por un grupo antijudío liderado por el primer ministro Amán. Muestra la valiente intervención de Ester en favor de los judíos, el ahorcamiento de Amán a causa de su persecución a los judíos y la organización de un movimiento reaccionario de los judíos. , Finalmente, presenta la institución de la fiesta de Purim (es decir, de las Sueltes), celebrada aún hoy entre los judíos. Las adiciones griegas relatan el sueño de Mardoqueo, la carta de condena de los judíos, la oración de Mardoqueo y de Ester, la visita de Ester al rey, la carta de rehabilitación de los judíos y la interpretación del sueño de Mardoqueo.


La traducción griega ya era conocida hacia el año 114 a.C., cuando el texto fue enviado a Egipto como una manera de autenticar la fiesta de Purim (cf. Est 10,3). Sin embargo, la versión hebrea es anterior, conocida ya hacia el 160 a.C., porque 2M 15,36 hace referencia al "día de Mardoqueo". Esto nos lleva a pensar que la historia de Ester ya era popular y probablemente el mismo escrito circulaba entre las comunidades judías.

La historia de Ester y Mardoqueo recuerda las historias de Daniel y de José en Egipto, que lucharon por la liberación de su pueblo.


Salmos 73 y 139: confianza incondicional en Dios

Los salmos 73 y 139 son salmos de instrucción. Quieren dar una enseñanza: en el sufrimiento y en la prueba, el salmista depura sus ideas y sus sentimientos.


El salmo 73 revela la perplejidad del salmista ante la prosperidad de los impíos (vv.3.12) y el sufrimiento de los justos (vv. 13.14). En esta época, la enseñanza oficial del Templo era la teología de la retribución: Dios bendecía a quien practicaba el bien y maldecía a quien obraba el mal. En virtud de esta doctrina, el salmista expone cómo en la práctica sucede lo contrario: el que hace el bien sufre y el que practica el mal prospera. A partir de esta constatación, muchos entraban en crisis de fe: "En vano guardé el corazón puro, mis manos lavando en la inocencia" (v. 13). Pasada, sin embargo, la crisis, el salmista renovaba la confianza incondicional en Dios: "Mi bien es estar junto a Dios" (v. 28).


El salmo 139 presenta una larga meditación sobre la omnisciencia de Dios. Él conoce a cada ser humano aun antes de ser concebido. Acompaña todos sus actos: "Mi alma conocías cabalmente, y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra. Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos" (vv.15-16). El salmista se muestra maravillado e incapaz de comprender la grandeza de los designios de Dios, y le pide que elimine a sus enemigos y le renueve su fidelidad.


Escritos sobre el período de los Tolomeos

Encontramos algunos capítulos de los libros de Isaías (24-27 y 34-35) Y lo del (3-4) que hablan de este período histórico, pero no fueron escritos en esta época. Estos textos fueron añadidos a otros capítulos de sus respectivos libros.


Isaías 24-27: Dios habitará en Jerusalén

Los capítulos 24-27 de Isaías son conocidos como el "Apocalipsis de Isaías".Aunque no tengan todas las características de la apocalíptica, muestran, sin embargo, una de sus preocupaciones fundamentales: el fin de los tiempos, cuando los impíos recibirán el castigo definitivo y los justos el premio eterno. Estos capítulos presentan poemas escatológicos (24,1-6; 25,6-10; f},20-27,1) Y cánticos líricos .24,7-'163; 25,1-5; 26,1-19; },2-13). El autor contrapone la ciudad impía reservada para los judíos (24,10; 25,2; 26,5; 27~ 1O) a la ciudad santa reservada para los justos, los humildes y los pobres (26,1-6). En la montaña de Sión en Jerusalén, se manifestará la gloria del Señor (24,23; 25,6-7,10; 27,13). En ella, Dios congregará a todos los pueblos para el banquete (25,6), aunque el castigo de la ciudad es el preludio necesario para la restauración de la ciudad y la resurrección del pueblo (26,10).


Isaías 34-35: la paz no tendrá fin

Los capítulos 34 y 35, atribuidos al Primer Isaías, son conocidos normalmente como el "pequeño Apocalipsis de Isaías". Hacen una descripción de los últimos y terribles combates que el Señor debe emprender contra las naciones en general, y contra Edom en particular (cap. 34). El segundo tema es la liberación de Sión: cuando el desierto florecerá y en él se abrirá un camino para el nuevo éxodo, por el cual pasará un pueblo purificado que se establecerá en Sión, para gozar de una paz sin fin (cap. 35).


Joel 3-4: un pueblo renacido

El tema desarrollado por Joel, en estos dos capítulos, refleja la misma temática de los Apocalipsis de Isaías: la construcción de un pueblo nuevo (3,1.2.5; 4, 16b-18.20-21) y el juicio en el día del Señor (3,3¬4; 4,1-16".17-19). El pueblo estará conformado por aquellos que sobrevivan a la tribulación y sean llamados por el Señor al monte santo de Sión, donde invocarán su nombre y serán salvados. Dios será para ellos refugio y baluarte.

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