viernes, 19 de junio de 2009

FE BÍBLICA: UNA LLAMA ARDE EN MEDIO DEL VENDAVAL


LA CULTURA DE UN PUEBLO REFLEJA SU MODO DE VIVIR

Todos los pueblos son portadores de cultura, unas veces con semejanzas, otras con aspectos diferentes, que reflejan el modo propio de vestir, comer, habitar, celebrar, manifestar sus creencias y organizar su vida familiar y social.


Retomando el camino hecho

Ciro, rey de Persia, fue esperado por los exiliados de Babilonia como el "ungido", el nuevo "Pastor" del pueblo elegido. Encantó a los sacerdotes de Marduk y al Segundo Isaías por su respeto a las tradiciones religiosas de los pueblos conquistados para su imperio. Dio a los exiliados libertad de volver a sus tierras y, junto con sus sucesores, apoyó diversos proyectos de reconstrucción de Judea. Éstos fueron llevados adelante por Sesbasar, Zorobabel, Josué, Nehemías y Esdras. Persia mantuvo, sin embargo, la región bajo su dependencia política y económica.


La comunidad judía, fuera de su tierra y, luego, al volver a ella, se hallaba en medio de una multiplicidad de razas, culturas y religiones. Así, pues, necesitaba encontrar una forma de rescatar su identidad cultural y religiosa; Nehemías y Esdras contribuyeron mucho a esto, por medio de la observancia estricta de la ley de Moisés y de algunas prácticas como la circuncisión, el sábado y, de modo especial, las leyes de santidad y pureza.


La situación de amenaza externa en que la comunidad vivía la llevó a cerrarse como forma de defensa de sus principios y prácticas. Esto trajo como consecuencias la exclusión de la mujer extranjera, la lectura nacionalista de la Palabra de Dios y la observancia estricta de la ley, que marginaba incluso a los mismos hermanos samaritanos, considerados como infieles. En este contexto surgieron diversos escritos de protesta contra el encerramiento de la comunidad en sí misma y el rigorismo de la ley. Estos escritos aportaron una visión más abierta y universal sobre la salvación y la mujer, y posibilitaron la reafirmación de algunas tradiciones ya olvidadas por la comunidad judía, como la del redentor y la del levirato.


Desde el punto de vista político, Judea no llegó a conquistar la independencia en el período persa, pero reconquistó su posición como provincia, desligándose de la provincia de Samaria, en tiempos de Nehemías.


No pasó mucho tiempo y un nuevo imperio comenzó a consolidarse, esta vez no en Oriente, sino en Occidente: Grecia. Israel sufrió mucho pues estaba confrontado a un pueblo con otra mentalidad y con tradiciones culturales y religiosas muy diferentes. Algunos reyes, sobre todo en el período de los Seléucidas, emprendieron una verdadera campaña de helenización de la cultura judía. El resultado fue desastroso, como veremos luego. Todos los pueblos dominados han enfrentado o enfrentan este desafío con mayor o menor intensidad.


La civilización griega occidental

Los griegos tenían un modo particular de concebir la vida en familia y en sociedad, mucho menos marcada por la tradición y por la dimensión comunitaria. Tenían diferentes formas de organización social, de tradiciones culturales y de vivencias religiosas. Con esta realidad el pueblo de Israel tuvo que convivir durante muchos años y en constante conflicto. Abordaremos algunas de las referencias de esta sociedad helenista.


Ciudades griegas

La ciudad (polis) es la base de la unidad cultural, social, económica y religiosa de Grecia. Todas las ciudades griegas tenían una gran autonomía. Había poca intervención de los reyes en su organización interna. Eran ciudades-estados regidas por una constitución elaborada en los moldes de la constitución de Atenas, y defendidas por un ejército permanente, formado por sus ciudadanos. Dentro de la ciudad tenían lugar diversos servicios populares: comercio, religión, actividades sociales, cultura, etc.


Empórion

En el centro de la ciudad estaba el empórion (es decir, mercado), palabra griega que dio origen al castellano "emporio', o mercado. Es una especie de almacén de víveres, ubicado en la plaza central, conocida como ágora. En el mercado se vendían los productos que venían del campo (cereales, legumbres, frutas...); Y los industrial izados como el lino, objetos de guerra, cerámicas y otros. El comercio se realizaba a través dé la moneda propia de cada ciudad. Además del mercado, las minas, de propiedad del Estado, también eran fuente de lucro, arrendadas a pequeñas empresas que absorbían la mayor parte de la mano de obra.


Divinidad y templo: centro de la vida cultural

Cada ciudad tenía su divinidad protectora principal, con su templo. Éste era atendido por una casta sacerdotal que oficiaba las ceremonias religiosas. Los sacerdotes no ejercían gran influencia en la vida moral del pueblo. La religión importaba en cuanto servía a los intereses de los hombres y mujeres que frecuentaban el templo, que ayudaba no sólo para el culto de la divinidad, sino también como taller de artes, escuela de música, estudio de los textos sagrados (Aeroglíficos y cuneiformes) y también ejercía una función bancaria.


Estructura social: diferencias bajo el velo de la igualdad

La sociedad griega estaba dividida, básicamente, en tres clases sociales: la de los ciudadanos, la de los libertos y la de los esclavos. Los ciudadanos eran sólo los varones nacidos de padres ciudadanos. Éstos gozaban de plenos derechos. Algunos, con raras excepciones, obtenían la condición de ciudadanos gracias a leyes especiales. La segunda clase social, la de los libertas, era conocida en Atenas con el nombre de metecos. Estaba formada, en su mayoría, por extranjeros que no tenían los mismos privilegios políticos de los ciudadanos, pero podían poseer tierras.


Entre tanto, la mayoría de la población estaba constituida por esclavos, divididos en esclavos urbanos y esclavos de las minas. Pocos esclavos urbanos conseguían pasar a la segunda clase social, la de los libertas. Normalmente, mejoraban su posición según los servicios prestados. Podían, entonces, recibir un salario por el trabajo y adquirir propiedades. Algunos llegaban incluso a ocupar posiciones respetables como pequeños funcionarios públicos y gerentes de banco. Pero a los esclavos de las minas se les reservaba un trato muy cruel y carente de derechos.


A pesar de las diferencias entre las clases sociales y de la desigualdad entre ricos y pobres, no había un desnivel social tan escandaloso como se presenta hoy. Comían el mismo tipo de comida, vestían el mismo tipo de ropa y participaban en las mismas diversiones.


Esta igualdad sustancial era creada por el sistema de servicios que los hombres ricos prestaban al Estado en forma de contribuciones para costear el teatro, equipar la marina y sostener a los pobres. Los griegos estaban habituados a un estilo de vida sin grandes comodidades ni lujos. Profesores, escritores, albañiles, carpinteros y trabajadores comunes de la población recibían un dracma diario. El salario era el mismo para todos. Los pasteles de cebada, cebolla y pescado, regados con vino, eran el alimento principal. El vestido era un pedazo de tela rectangular enrollado en el cuerpo -sostenido por un alfiler en los hombros y amarrado a la cintura por una cuerda- y sandalias.


Normalmente, la preocupación de los griegos era vivir de manera sosegada sin la preocupación de acumular riquezas como forma de poder y prestigio. Se contentaban con un pequeño negocio que les diera una renta razonable. Lo que los ciudadanos deseaban era tiempo libre para dedicar a la política, a las conversaciones de la plaza ya las actividades intelectuales y artísticas, cuando había disposición para esto.


Filosofía: diferentes escuelas de vida

La cultura griega se distinguió por su filosofía de vida y por la filosofía clásica, que tuvo gran influencia en la cultura universal. Entre los primeros filósofos helénicos están los cínicos, que surgieron alrededor del 350 a.C. Diógenes fue una de las figuras más representativas de este movimiento, volviéndose famoso por su gesto de buscar, en pleno día, con una linterna encendida, a un hombre honesto. El mayor objetivo de su vida era el cultivo de la autosuficiencia; cada uno debería encontrar dentro de sí la capacidad de satisfacer sus propias necesidades.


En esta misma época surgieron dos escuelas, cada una con su filosofía de vida. La primera fue la escuela de Epicuro, fundada hacia el350 a.C. Ésta dio origen al epicureísmo, cuyo principio era la ley del menor esfuerzo. Era un liberalismo total, con tal de que la persona viviera sin dolor y sin esfuerzo en ningún sentido. La segunda filosofía de la vida nació como reacción a los epicúreos, es la escuela estoica de Zenón de Cício. Ésta primaba por el rigorismo en la observancia de la disciplina y de las reglas del buen vivir, elaborando listas de virtudes que debían evitarse. Pablo, el apóstol, sufrió la influencia de la escuela estoica. En sus escritos encontramos, con cierta frecuencia, listas de defectos y virtudes (cf. Rm 1.29-32; 1 Co 5.10-11; 6,9-10; Ga 5,19-21 y otras).


Contemporánea a las filosofías de vida, estaba la filosofía clásica desarrollada por los grandes filósofos como Platón, Sócrates, Aristóteles y otros. Los griegos cultivaban.


El espíritu valía más que la materia. Esta mentalidad se produjo en la valoración del trabajo y, por consiguiente, de las personas: la producción intelectual era mejor considerada, mientras el trabajo que exigía más esfuerzo físico, era considerado inferior y se reservaba a los esclavos. Aún hoy existe una valoración diferenciada entre el trabajo manual y el intelectual. Son influencias culturales que persisten y pesan sobre los trabajadores.


Etapas de la dominación griega sobre Israel. El período helenista es complejo. Para facilitar su comprensión lo estudiaremos en cinco bloques: el período de Alejandro Magno, de los Lágidas o Tolomeos, de los Seléucidas, de la revolución de los Macabeos y de la dinastía Asmonea.


PARA CONTINUAR LA REFLEXIÓN

La cultura popular es una herencia familiar. Los padres enseñan a los hijos. ¿Qué nos enseñaron nuestros padres en la infancia? ¿Canciones? ¿Historias? ¿Leyendas? ¿Danzas?


¿Hoy enseñamos a nuestros hijos y nietos la herencia cultural que recibimos?

¿Los niños se interesan por aquellos que tenemos para enseñarles?

¿Cuál es la cultura del niño, del adolescente y del joven de hoy?


En la visión bíblica, el ser humano es integralmente cuerpo y alma. Existe la percepción de la materia y del espíritu (barro y aliento), pero no son antagónicos entre sí como en el mundo griego, en que el cuerpo es la prisión del alma.


Sintonía con la Biblia: Leer Tobías 14,3-11.

En el exilio, el justo Tobías se mantiene fiel a las prácticas de la fe judía. Así se hace merecedor de la bendición de Dios, la cual comunica a sus descendientes.


¿El diálogo final de Tobías con su hijo es válido también para nosotros y nuestros hijos? ¿En qué aspectos?

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