viernes, 26 de junio de 2009

LA GLOBALIZACION HELENISTA INVADE LA CULTURA DE ISRAEL


Helenistas (griegos) y judíos viven mundos culturales diversos. Cuando Grecia dominó a Judea, algunos reyes griegos quisieron imponer sus tradiciones culturales a los judíos. Pero encontraron mucha resistencia de una fracción significativa de la población. La élite, sin embargo, se adhirió en gran escala a la helenización.


Alejandro Magno y la expansión del imperio: 336-323 a.C.

Filipo de Macedonia, en el 338 a.C., logró unificar bajo su imperio a toda Grecia. Pero no reinó durante mucho tiempo, pues fue asesinado en una riña familiar. Su hijo Alejandro lo sucedió y siguió con las campañas militares de expansión territorial de su padre. Conquistó Siria en el333 a.C. y, en seguida, Tiro, Fenicia y Gaza, llegando hasta Egipto, donde fundó la ciudad de Alejandría, en el33l a.C. En el mismo año conquistó el imperio persa, que era su mayor sueño.


La difusión del espíritu griego en el espacio fenicio Palestina no se dio de modo uniforme. Alejandro Magno, al comienzo, conquistó al antiguo núcleo israelita de las montañas de Samaría y de Judá y la planicie costera, y siguió hacia Cisjordania, llegando hasta Transjordania, donde fundó la Decápolis, formada por diez ciudades griegas, entre las cuales se destaca Gadara. Del 330 al 326 a.C., alcanzó progresivamente el Oriente y llegó hasta la India. Poco a poco fue asentando las bases para el gran imperio helenista. Con sólo 32 atlas, Alejandro enfermó, como consecuencia de la malaria que azotó a Babilonia, y murió en el 323 a.C. Muchos hasta hoy lo consideran un genio de la estrategia y de la organización militar, pues nunca perdió una batalla. Era inteligente y estaba dotado de un gran valor.


Su muerte prematura desencadenó la ambición de los cuatro diádocos (es decir, generales) en la disputa por la sucesión del imperio, que, luego de muchas luchas, fue dividido entre ellos. Seleuco se quedó con Persia, Mesopotamia y Siria. Lisímaco se apropió del Asia Menor y de Tracia. Cassandro se estableció en Macedonia y los Tolomeos, también conocidos como Lágidas, ocuparon Egipto, Fenicia y la tierra de Israel.


Con esta nueva fase comenzó el período conocido como helenismo, caracterizado por la "fusión" de dos tradiciones culturales: la cultura occidental griega y la cultura oriental semita. Sin duda, esta mezcla no se dio en su totalidad en la vida de ambos pueblos. Los judíos, sobre todo, se resistieron mucho a la helenización, aunque ésta haya dejado sus huellas, como lo veremos más adelante.


Israel bajo el dominio de los Lágidas de Egipto: 323 - 198 a.C.

Tolomeo era uno de los cuatro generales del ejército de Alejandro Magno. A él le correspondió Egipto, Fenicia e Israel. Era hijo de Lagos de Macedonia, de donde vino el nombre de la dinastía de los Lágidas de Egipto, conocidos también como Tolomeos de Egipto. Estos vivían continuamente amenazados por los Seléucidas de Siria, que ambicionaban su territorio. La secuencia cronológica de sus reyes, según los escritos de Flavio Josefo, Zenón, Aristeas y las referencias bíblicas (Daniel 11; 1 y 2 Macabeos) nos ayudan a ubicar los acontecimientos:


• Tolomeo I Soter: 323-285 a.C.

• Tolomeo II Filadelfo: 285¬247 a.C.

• Tolomeo III Evergetes: 247¬221 a.C

• Tolomeo IV Filopátor: 221¬03 a.C.

• Tolomeo V Epífanes: 204- 81 a.C.


Los Tolomeos establecieron la capital del reino en Alejandría de Egipto. No todos los reyes dieron igual importancia a la tierra de Israel. Destacaremos dos reyes de este período: Tolomeo I Soter y Tolomeo II Filadelfo.


Tolomeo I Soter (323-285 a.C) conquistó la tierra de Israel Llegó a Jerusalén hacia el 320 a.C., en un día sábado y con el pretexto de llevar una ofrenda al Templo, se apoderó de éste y de toda la ciudad. Apresó a numerosos judíos y los deportó a Alejandría. El segundo hecho impol1ante en su gobierno fue el incentivo dado a la cultura, al fundar un museo en Alejandría de Egipto. Tolomeo I Soter fue sucedido en el poder por Tolomeo TI Filadelfo (285-247 a.e.). Éste se destacó por dos hechos que tuvieron repercusión sobre la región de Israel: El primero fue haber conseguido un tiempo de paz con los Seléucidas de Siria. Para ratificar esta alianza, Tolomeo 11 concedió su hija, Berenice, en matrimonio, a Antíoco II, Teo, de los Seléucidas de Siria, quien, por ese motivo, despidió a su esposa legítima, Laodicea (cf. Dn 11,6). Posteriormente ésta toma venganza del marido y lo envenena, al igual que de Berenice y del hijo que ésta había tenido con Antíoco n. El segundo hecho de gran importancia para los judíos que vivían en la diáspora es de orden cultural y religioso. Tolomeo mandó traducir la Biblia hebrea al griego, para conservarla en su museo de Alejandría, según informaciones de la pseudo-cat1a de Aristeas.


La dinastía de los Lágidas de Egipto perdió la hegemonía sobre Judea hacia el año 198 a.C., en la batalla de Panión, y a partir de esta fecha los Seléucidas de Siria comenzaron a dominar sobre la región de Judea. En el período de los Tolomeos surgieron diversos escritos que reflejan su contexto histórico y sus problemáticas más agudas.


Época de los Tolomeos: los antiguos escritos se iluminan

Gran parte de los antiguos escritos alcanza su redacción definitiva en este período: los libras de Esdras, Nehemías y 1 Y 2 Crónicas se atribuyen al mismo autor, llamado Cronistas. Los dos libros de las Crónicas habrían constituido inicialmente una sola obra, igualmente Esdras y Nehemías. De hecho, son muy semejantes en su estilo y contenido. Tratan de los mismos temas fundamentales: el Templo, el culto, el clero, el gobierno de David y la restauración de la comunidad pos-exílica.


Un testimonio a favor de la unidad de la obra cronista, hoy formada por los cuatro libros, es el final de 2 Crónicas, literalmente igual al inicio del libro de Esdras: "En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Yahveh, por boca de Jeremías, movió Yahveh el espíritu de 9iro, rey de Persia, quien, mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino. “Así habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Élme ha encargado que le edifique una Casa en " Jerusalén, en Judá [...]'" (cf. 2Cro 36, 22-23; Esd 1,1-3c).


No obstante, en nuestras Biblias, la obra cronista comprende cuatro libros, que abordaremos por separado.


Primer libro de Crónicas: se reafirma la herencia de David

1 Crónicas retoma las listas de las genealogías contenidas en el libro del Génesis 1-12. En el Génesis, las genealogías van desde Adán hasta Abrahán. También 1 Crónicas comienza con Adán y llega hasta el final del reinado de David. El segundo libro de Crónicas comienza con Salomón y sigue hasta el siglo V a.C., después del exilio de Babilonia.


Podemos dividir 1 Crónicas en dos partes. En la primera, el cronista muestra un interés particular por la tribu de Judá, por la descendencia de David y por los levitas y habitantes de Jerusalén (1 Cro 1-9), preparando, de esta forma, la historia de David, personaje central de la segunda parte del libro (l Cro 10-29). El autor de las Crónicas ignora las fallas del rey David presentadas en los libros de los Reyes: desavenencias con Saúl, el deseo por la mujer de Urías, las intrigas familiares por la sucesión y las revueltas de sus generales. El libro muestra, por otro lado, interés por la profecía de Natán a favor de la casa de David (1 Cro 17) y por las instituciones religiosas de aquel tiempo: el arca y la organización del culto en Jerusalén (1 Cro 13; 15¬16), los preparativos para la construcción del Templo y las funciones desarrolladas en éste por parte de los levitas, las clases sacerdotal es, los cantores y porteros (1 Cro 21¬28). Muestra la preocupación de David por las ofrendas del Templo (1 Cro 29,1-20), sin embargo no será él quien lo construya, sino su hijo Salomón, como aparece en la segunda obra de Crónicas.


Segundo libro de Crónicas: la bendición de Dios para la casa de Judá

2 Crónicas también se presenta en dos palies. La primera comienza con la oración de Salomón, pidiendo a Dios la sabiduría para gobernar bien. Sigue la construcción del Templo y su dedicación, el traslado del Arca, las oraciones, los discursos y un elogio a la gloria de Salomón. También acerca de Salomón el autor ignora las sombras que hubo en su reinado, y por el contrario resalta su riqueza y gloria, frutos de la bendición divina (2Cro 1-9). Lo que interesa al autor en la segunda parte de la obra es la exaltación de la monarquía del reino de Judá y de la dinastía davídica. Todos los reyes son juzgados según la fidelidad o infidelidad al Señor. Y el modelo, el parámetro del juicio es el rey David, fiel a Dios. Ningún rey fue fiel al Señor; todos fueron infieles y son desaprobados por el cronista. De Judá, al sur, sólo dos reyes merecieron aprobación: Ezequías y Josías. Éstos fueron aprobados por la reforma religiosa que comprendieron en su gobierno (2Cro 29-35).


Esdras y Nehemías: el renacimiento de la comunidad judía

Esdras y Nehemías formaban un solo libro en las biblias hebrea y griega, bajo un único nombre: Esdras. En la traducción de las lenguas originales al latín, la Vulgata, san Jerónimo lo dividió en dos libros: Esdras y Nehemías. Las narraciones de las Crónicas terminan con la ruina de la monarquía en el reino de Judá, mientras Esdras y Nehemías retoman la historia después del exilio, con el edicto de Ciro que daba libertad a los exiliados para volver a su tierra, y abordan los diversos proyectos de reconstrucción de Judea y de la comunidad de Israel.


Esdras y Nehemías tienen los mismos grandes temas: el templo, la ciudad de Jerusalén y la comunidad del pueblo escogido. La primera preocupación de los exiliados que volvieron a la patria fue la reconstrucción del Templo (Esd 1,2), que era la expresión máxima de la presencia de Dios en medio del pueblo, el lugar por excelencia para mantener la relación con el Señor mediante el culto, los sacrificios y las ofrendas. Al Templo están ligados aquellos que sirven a Dios y lo representan ante el pueblo: los sacerdotes, los objetos de culto, las ofrendas (Esd 1,9-11; 2,68-69) y el altar, el primero en ser restablecido para ofrecer sobre él los sacrificios a Dios (Esd 3,1-7).


La segunda preocupación que se refleja en estos escritos es la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén, destruida por Nabucodonosor en el 587 a.C.; ciudad santa que cobija al Templo y al pueblo escogido. Nehemías pidió autorización al rey persa para reconstruir las murallas de la ciudad. Finalizó con éxito la obra, a pesar de las resistencias que encontró.


La tercera preocupación que se refleja en estos libros es la restauración de la comunidad, del pueblo escogido por Dios. Este pueblo no tenía ya independencia ni autonomía nacional. Se preocupó, entonces, por conservar la identidad ética y religiosa, volcándose a la observancia rigurosa de la ley de Dios, de las fiestas, de la circuncisión, del sábado y de los diezmos destinados a los sacerdotes y al culto (Ne 10; 12; 13,1-22). Hizo un gran esfuerzo para el imitar los matrimonios mixtos (Esd 10; Ne J 3,23-30) y las desigualdades sociales (Ne 5).


Conozcamos lo específico de los libros de Esdras y Nehemías.


Esdras: el primado de la Ley de Moisés

El libro de Esdras puede dividirse en dos grandes bloques: de 1-6 y de 7-10. En el primer bloque, el autor retoma la historia desde el edicto de Ciro, en e1538, que daba libertad a los exiliados para volver a Jerusalén y reconstruir el Templo. Las obras de reconstrucción se comenzaron, pero fueron obstaculizadas por la oposición de los samaritanos. El segundo bloque narra la llegada del escriba Esdras, encargado de los asuntos judíos en la corte persa, a Jerusalén. Llegó con un decreto que le daba autoridad para imponer la observancia de la Ley de Moisés, reconocida como Ley de Dios y del rey (Esd 7,26).


Nehemías: la comunidad retorna la Alianza

'El libro de Nehemías presenta la primera y la segunda misión de Nehemías y la situación de los habitantes de Judá. Este libro puede estudiarse en cuatro bloques. En el primero (Ne 1,1-7,72) el autor presenta la primera misión de Nehemías: la reconstrucción de los muros en Jerusalén y las dificultades que encontró para llevarla a cabo. En el segundo (Ne 7,72b-l0, 40) narra el nombramiento de Nehemías como gobernador de Judá'. Esdras hizo la lectura solemne de la ley y celebró con el pueblo la fiesta de las Tiendas, donde todos confesaron sus pecados y se comprometieron a observar la Ley. El tercer bloque (Ne 11,1-13,3) trae diversas listas de los moradores de Jerusalén, de la provincia de Judá, de los sumos sacerdotes, de los levitas y otras. Presenta la dedicación de las murallas de Jerusalén. El cuarto y último bloque (Ne 13,4-31) narra la segunda misión de Nehemías en Jerusalén, ante la comunidad judía, y aborda cuestiones relacionadas con el orden en el Templo, el diezmo de los levitas, la observancia del sábado y el matrimonio con mujeres extranjeras.


2 Zacarías 9-14: el Rey Mesías es humilde y manso

El libro de Zacarías fue escrito en dos épocas distintas: en el período persa, los capítulos 1 -8 (Zc 1,1), hacia el 519 a.C.; y en el período griego, los capítulos 9-14 (Zc 9,1 -8).


En la segunda parte, la preocupación central es la llegada de los tiempos mesiánicos. Hay una referencia explícita a la campaña de Alejandro Magno, en el 332 a.C. (Zc 9,1-8). En los capítulos 9-11 predominan el texto en poesía y la utilización frecuente de los libros de Jeremías y de Ezequiel. Se habla de un rey humilde, montado en un borrico (Zc 9, 9- 10), que la tradición cristiana releyó presentando a Jesús, el nuevo Rey Mesías, que entró triunfal en Jerusalén, antes de celebrar la Pascua.


Los capítulos 12-14 son escritos casi todos en prosa y, en perspectiva apocalíptica, hablan del "traspasado" con referencia al pueblo (Lc 12,10); el Nuevo Testamento hizo una aplicación de estos textos a Jesús.


Malaquías: coherencia y sensibilidad

Malaquías, en hebreo, significa "mi mensajero". El libro refleja los grandes problemas que emergieron ya en el período de Nehemías y Esdras y continuaron en el período helenista: los matrimonios mixtos y la práctica inadecuada del culto.


El profeta hace una. Acusación contra los sacerdotes que ofrecían a Dios sacrificios de animales defectuosos (MI l ,7¬8.13), mostrando que realizaban un culto vacío que no servía a Dios (MI 2,2). En este escrito el autor aborda también la cuestión de los matrimonios mixtos. Su opinión parece ser contraria a la de Nehemías y de Esdras, que se oponían a esta práctica (MI 2, 14, cf. Esd 9; Ne 6,18; 10,31; 13,23-27). Sin embargo, en otro texto, el profeta parece también oponerse a los matrimonios mixtos por el riesgo de idolatría que representan (MI 2,11).


Eclesiastés: el sentido de la vida humana

El libro de Eclesiastés es también conocido como Cohélet (Qohélet), que en hebreo significa "aquel que habla en la asamblea". Si por un lado el nombre señala al orador, por otro indica también a la asamblea que éste representa. Cohélet parece estar cansado de la enseñanza clásica de mucho tiempo, tanto en el helenismo como en el judaísmo. Contra el helenismo, que apreciaba el cuerpo, el placer de los sentidos, el lucro, el poder, el enriquecimiento y el conocimiento, Cohélet afirma categóricamente: "He comprendido que aun esto es atrapar vientos" (Ecl 1,17; 2,1): "Vanidad de vanidades, todo es vanidad" (Ecl l, 2). ¡Todo no es más que un soplo! Cohélet cuestiona, también, la doctrina oficial judía sobre la retribución y la piedad tradicional (Ecl3, 12-22).


La obra puede estudiarse en dos grandes bloques: de 1 a 6 el autor relativiza todo como "viento", porque nada de este mundo trae felicidad. Ni el mismo Salomón con toda su pompa y sabiduría conoció la felicidad (cap. 2). La mitad de las acciones humanas son un gesto de luto (cap. 3). Luego, evalúa los males de la vida en sociedad y dinero (caps. 4-6). En los capítulos 7-12 considera la práctica de la sabiduría que conduce a la moderación; habla sobre las injusticias, el des- g. tino del ser humano, hace un elogio de la vejez (Ecl 12, 1-8) y, en el epílogo, reporta el encomio de un discípulo a Cohélet.


El autor enfrenta la vida humana, bajo diversos aspectos, con mucho realismo, llegando en algunos momentos a la ironía y al pesimismo. Para él, el verdadero "temor" consiste en que el ser humano tenga conciencia de sus limitaciones. Por más que lo intente o se esfuerce, el ser humano es imperfecto, no es Dios: debe aceptar sus límites.


Esther: el amor valeroso vence la muerte

Existen dos versiones del libro de Ester, una en hebreo y otra en griego. La versión griega aumenta, desde el inicio hasta el fin del texto hebreo, 93 versículos a los 167 ya existentes en la versión hebrea. En las traducciones católicas, las adiciones en griego vienen insertas en la narración hebrea.


La versión hebrea cuenta la llegada de Ester al trono de Persia y el descubrimiento de una celada contra el rey de Persia, maquinada por un grupo antijudío liderado por el primer ministro Amán. Muestra la valiente intervención de Ester en favor de los judíos, el ahorcamiento de Amán a causa de su persecución a los judíos y la organización de un movimiento reaccionario de los judíos. , Finalmente, presenta la institución de la fiesta de Purim (es decir, de las Sueltes), celebrada aún hoy entre los judíos. Las adiciones griegas relatan el sueño de Mardoqueo, la carta de condena de los judíos, la oración de Mardoqueo y de Ester, la visita de Ester al rey, la carta de rehabilitación de los judíos y la interpretación del sueño de Mardoqueo.


La traducción griega ya era conocida hacia el año 114 a.C., cuando el texto fue enviado a Egipto como una manera de autenticar la fiesta de Purim (cf. Est 10,3). Sin embargo, la versión hebrea es anterior, conocida ya hacia el 160 a.C., porque 2M 15,36 hace referencia al "día de Mardoqueo". Esto nos lleva a pensar que la historia de Ester ya era popular y probablemente el mismo escrito circulaba entre las comunidades judías.

La historia de Ester y Mardoqueo recuerda las historias de Daniel y de José en Egipto, que lucharon por la liberación de su pueblo.


Salmos 73 y 139: confianza incondicional en Dios

Los salmos 73 y 139 son salmos de instrucción. Quieren dar una enseñanza: en el sufrimiento y en la prueba, el salmista depura sus ideas y sus sentimientos.


El salmo 73 revela la perplejidad del salmista ante la prosperidad de los impíos (vv.3.12) y el sufrimiento de los justos (vv. 13.14). En esta época, la enseñanza oficial del Templo era la teología de la retribución: Dios bendecía a quien practicaba el bien y maldecía a quien obraba el mal. En virtud de esta doctrina, el salmista expone cómo en la práctica sucede lo contrario: el que hace el bien sufre y el que practica el mal prospera. A partir de esta constatación, muchos entraban en crisis de fe: "En vano guardé el corazón puro, mis manos lavando en la inocencia" (v. 13). Pasada, sin embargo, la crisis, el salmista renovaba la confianza incondicional en Dios: "Mi bien es estar junto a Dios" (v. 28).


El salmo 139 presenta una larga meditación sobre la omnisciencia de Dios. Él conoce a cada ser humano aun antes de ser concebido. Acompaña todos sus actos: "Mi alma conocías cabalmente, y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra. Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos" (vv.15-16). El salmista se muestra maravillado e incapaz de comprender la grandeza de los designios de Dios, y le pide que elimine a sus enemigos y le renueve su fidelidad.


Escritos sobre el período de los Tolomeos

Encontramos algunos capítulos de los libros de Isaías (24-27 y 34-35) Y lo del (3-4) que hablan de este período histórico, pero no fueron escritos en esta época. Estos textos fueron añadidos a otros capítulos de sus respectivos libros.


Isaías 24-27: Dios habitará en Jerusalén

Los capítulos 24-27 de Isaías son conocidos como el "Apocalipsis de Isaías".Aunque no tengan todas las características de la apocalíptica, muestran, sin embargo, una de sus preocupaciones fundamentales: el fin de los tiempos, cuando los impíos recibirán el castigo definitivo y los justos el premio eterno. Estos capítulos presentan poemas escatológicos (24,1-6; 25,6-10; f},20-27,1) Y cánticos líricos .24,7-'163; 25,1-5; 26,1-19; },2-13). El autor contrapone la ciudad impía reservada para los judíos (24,10; 25,2; 26,5; 27~ 1O) a la ciudad santa reservada para los justos, los humildes y los pobres (26,1-6). En la montaña de Sión en Jerusalén, se manifestará la gloria del Señor (24,23; 25,6-7,10; 27,13). En ella, Dios congregará a todos los pueblos para el banquete (25,6), aunque el castigo de la ciudad es el preludio necesario para la restauración de la ciudad y la resurrección del pueblo (26,10).


Isaías 34-35: la paz no tendrá fin

Los capítulos 34 y 35, atribuidos al Primer Isaías, son conocidos normalmente como el "pequeño Apocalipsis de Isaías". Hacen una descripción de los últimos y terribles combates que el Señor debe emprender contra las naciones en general, y contra Edom en particular (cap. 34). El segundo tema es la liberación de Sión: cuando el desierto florecerá y en él se abrirá un camino para el nuevo éxodo, por el cual pasará un pueblo purificado que se establecerá en Sión, para gozar de una paz sin fin (cap. 35).


Joel 3-4: un pueblo renacido

El tema desarrollado por Joel, en estos dos capítulos, refleja la misma temática de los Apocalipsis de Isaías: la construcción de un pueblo nuevo (3,1.2.5; 4, 16b-18.20-21) y el juicio en el día del Señor (3,3¬4; 4,1-16".17-19). El pueblo estará conformado por aquellos que sobrevivan a la tribulación y sean llamados por el Señor al monte santo de Sión, donde invocarán su nombre y serán salvados. Dios será para ellos refugio y baluarte.

viernes, 19 de junio de 2009

FE BÍBLICA: UNA LLAMA ARDE EN MEDIO DEL VENDAVAL


LA CULTURA DE UN PUEBLO REFLEJA SU MODO DE VIVIR

Todos los pueblos son portadores de cultura, unas veces con semejanzas, otras con aspectos diferentes, que reflejan el modo propio de vestir, comer, habitar, celebrar, manifestar sus creencias y organizar su vida familiar y social.


Retomando el camino hecho

Ciro, rey de Persia, fue esperado por los exiliados de Babilonia como el "ungido", el nuevo "Pastor" del pueblo elegido. Encantó a los sacerdotes de Marduk y al Segundo Isaías por su respeto a las tradiciones religiosas de los pueblos conquistados para su imperio. Dio a los exiliados libertad de volver a sus tierras y, junto con sus sucesores, apoyó diversos proyectos de reconstrucción de Judea. Éstos fueron llevados adelante por Sesbasar, Zorobabel, Josué, Nehemías y Esdras. Persia mantuvo, sin embargo, la región bajo su dependencia política y económica.


La comunidad judía, fuera de su tierra y, luego, al volver a ella, se hallaba en medio de una multiplicidad de razas, culturas y religiones. Así, pues, necesitaba encontrar una forma de rescatar su identidad cultural y religiosa; Nehemías y Esdras contribuyeron mucho a esto, por medio de la observancia estricta de la ley de Moisés y de algunas prácticas como la circuncisión, el sábado y, de modo especial, las leyes de santidad y pureza.


La situación de amenaza externa en que la comunidad vivía la llevó a cerrarse como forma de defensa de sus principios y prácticas. Esto trajo como consecuencias la exclusión de la mujer extranjera, la lectura nacionalista de la Palabra de Dios y la observancia estricta de la ley, que marginaba incluso a los mismos hermanos samaritanos, considerados como infieles. En este contexto surgieron diversos escritos de protesta contra el encerramiento de la comunidad en sí misma y el rigorismo de la ley. Estos escritos aportaron una visión más abierta y universal sobre la salvación y la mujer, y posibilitaron la reafirmación de algunas tradiciones ya olvidadas por la comunidad judía, como la del redentor y la del levirato.


Desde el punto de vista político, Judea no llegó a conquistar la independencia en el período persa, pero reconquistó su posición como provincia, desligándose de la provincia de Samaria, en tiempos de Nehemías.


No pasó mucho tiempo y un nuevo imperio comenzó a consolidarse, esta vez no en Oriente, sino en Occidente: Grecia. Israel sufrió mucho pues estaba confrontado a un pueblo con otra mentalidad y con tradiciones culturales y religiosas muy diferentes. Algunos reyes, sobre todo en el período de los Seléucidas, emprendieron una verdadera campaña de helenización de la cultura judía. El resultado fue desastroso, como veremos luego. Todos los pueblos dominados han enfrentado o enfrentan este desafío con mayor o menor intensidad.


La civilización griega occidental

Los griegos tenían un modo particular de concebir la vida en familia y en sociedad, mucho menos marcada por la tradición y por la dimensión comunitaria. Tenían diferentes formas de organización social, de tradiciones culturales y de vivencias religiosas. Con esta realidad el pueblo de Israel tuvo que convivir durante muchos años y en constante conflicto. Abordaremos algunas de las referencias de esta sociedad helenista.


Ciudades griegas

La ciudad (polis) es la base de la unidad cultural, social, económica y religiosa de Grecia. Todas las ciudades griegas tenían una gran autonomía. Había poca intervención de los reyes en su organización interna. Eran ciudades-estados regidas por una constitución elaborada en los moldes de la constitución de Atenas, y defendidas por un ejército permanente, formado por sus ciudadanos. Dentro de la ciudad tenían lugar diversos servicios populares: comercio, religión, actividades sociales, cultura, etc.


Empórion

En el centro de la ciudad estaba el empórion (es decir, mercado), palabra griega que dio origen al castellano "emporio', o mercado. Es una especie de almacén de víveres, ubicado en la plaza central, conocida como ágora. En el mercado se vendían los productos que venían del campo (cereales, legumbres, frutas...); Y los industrial izados como el lino, objetos de guerra, cerámicas y otros. El comercio se realizaba a través dé la moneda propia de cada ciudad. Además del mercado, las minas, de propiedad del Estado, también eran fuente de lucro, arrendadas a pequeñas empresas que absorbían la mayor parte de la mano de obra.


Divinidad y templo: centro de la vida cultural

Cada ciudad tenía su divinidad protectora principal, con su templo. Éste era atendido por una casta sacerdotal que oficiaba las ceremonias religiosas. Los sacerdotes no ejercían gran influencia en la vida moral del pueblo. La religión importaba en cuanto servía a los intereses de los hombres y mujeres que frecuentaban el templo, que ayudaba no sólo para el culto de la divinidad, sino también como taller de artes, escuela de música, estudio de los textos sagrados (Aeroglíficos y cuneiformes) y también ejercía una función bancaria.


Estructura social: diferencias bajo el velo de la igualdad

La sociedad griega estaba dividida, básicamente, en tres clases sociales: la de los ciudadanos, la de los libertos y la de los esclavos. Los ciudadanos eran sólo los varones nacidos de padres ciudadanos. Éstos gozaban de plenos derechos. Algunos, con raras excepciones, obtenían la condición de ciudadanos gracias a leyes especiales. La segunda clase social, la de los libertas, era conocida en Atenas con el nombre de metecos. Estaba formada, en su mayoría, por extranjeros que no tenían los mismos privilegios políticos de los ciudadanos, pero podían poseer tierras.


Entre tanto, la mayoría de la población estaba constituida por esclavos, divididos en esclavos urbanos y esclavos de las minas. Pocos esclavos urbanos conseguían pasar a la segunda clase social, la de los libertas. Normalmente, mejoraban su posición según los servicios prestados. Podían, entonces, recibir un salario por el trabajo y adquirir propiedades. Algunos llegaban incluso a ocupar posiciones respetables como pequeños funcionarios públicos y gerentes de banco. Pero a los esclavos de las minas se les reservaba un trato muy cruel y carente de derechos.


A pesar de las diferencias entre las clases sociales y de la desigualdad entre ricos y pobres, no había un desnivel social tan escandaloso como se presenta hoy. Comían el mismo tipo de comida, vestían el mismo tipo de ropa y participaban en las mismas diversiones.


Esta igualdad sustancial era creada por el sistema de servicios que los hombres ricos prestaban al Estado en forma de contribuciones para costear el teatro, equipar la marina y sostener a los pobres. Los griegos estaban habituados a un estilo de vida sin grandes comodidades ni lujos. Profesores, escritores, albañiles, carpinteros y trabajadores comunes de la población recibían un dracma diario. El salario era el mismo para todos. Los pasteles de cebada, cebolla y pescado, regados con vino, eran el alimento principal. El vestido era un pedazo de tela rectangular enrollado en el cuerpo -sostenido por un alfiler en los hombros y amarrado a la cintura por una cuerda- y sandalias.


Normalmente, la preocupación de los griegos era vivir de manera sosegada sin la preocupación de acumular riquezas como forma de poder y prestigio. Se contentaban con un pequeño negocio que les diera una renta razonable. Lo que los ciudadanos deseaban era tiempo libre para dedicar a la política, a las conversaciones de la plaza ya las actividades intelectuales y artísticas, cuando había disposición para esto.


Filosofía: diferentes escuelas de vida

La cultura griega se distinguió por su filosofía de vida y por la filosofía clásica, que tuvo gran influencia en la cultura universal. Entre los primeros filósofos helénicos están los cínicos, que surgieron alrededor del 350 a.C. Diógenes fue una de las figuras más representativas de este movimiento, volviéndose famoso por su gesto de buscar, en pleno día, con una linterna encendida, a un hombre honesto. El mayor objetivo de su vida era el cultivo de la autosuficiencia; cada uno debería encontrar dentro de sí la capacidad de satisfacer sus propias necesidades.


En esta misma época surgieron dos escuelas, cada una con su filosofía de vida. La primera fue la escuela de Epicuro, fundada hacia el350 a.C. Ésta dio origen al epicureísmo, cuyo principio era la ley del menor esfuerzo. Era un liberalismo total, con tal de que la persona viviera sin dolor y sin esfuerzo en ningún sentido. La segunda filosofía de la vida nació como reacción a los epicúreos, es la escuela estoica de Zenón de Cício. Ésta primaba por el rigorismo en la observancia de la disciplina y de las reglas del buen vivir, elaborando listas de virtudes que debían evitarse. Pablo, el apóstol, sufrió la influencia de la escuela estoica. En sus escritos encontramos, con cierta frecuencia, listas de defectos y virtudes (cf. Rm 1.29-32; 1 Co 5.10-11; 6,9-10; Ga 5,19-21 y otras).


Contemporánea a las filosofías de vida, estaba la filosofía clásica desarrollada por los grandes filósofos como Platón, Sócrates, Aristóteles y otros. Los griegos cultivaban.


El espíritu valía más que la materia. Esta mentalidad se produjo en la valoración del trabajo y, por consiguiente, de las personas: la producción intelectual era mejor considerada, mientras el trabajo que exigía más esfuerzo físico, era considerado inferior y se reservaba a los esclavos. Aún hoy existe una valoración diferenciada entre el trabajo manual y el intelectual. Son influencias culturales que persisten y pesan sobre los trabajadores.


Etapas de la dominación griega sobre Israel. El período helenista es complejo. Para facilitar su comprensión lo estudiaremos en cinco bloques: el período de Alejandro Magno, de los Lágidas o Tolomeos, de los Seléucidas, de la revolución de los Macabeos y de la dinastía Asmonea.


PARA CONTINUAR LA REFLEXIÓN

La cultura popular es una herencia familiar. Los padres enseñan a los hijos. ¿Qué nos enseñaron nuestros padres en la infancia? ¿Canciones? ¿Historias? ¿Leyendas? ¿Danzas?


¿Hoy enseñamos a nuestros hijos y nietos la herencia cultural que recibimos?

¿Los niños se interesan por aquellos que tenemos para enseñarles?

¿Cuál es la cultura del niño, del adolescente y del joven de hoy?


En la visión bíblica, el ser humano es integralmente cuerpo y alma. Existe la percepción de la materia y del espíritu (barro y aliento), pero no son antagónicos entre sí como en el mundo griego, en que el cuerpo es la prisión del alma.


Sintonía con la Biblia: Leer Tobías 14,3-11.

En el exilio, el justo Tobías se mantiene fiel a las prácticas de la fe judía. Así se hace merecedor de la bendición de Dios, la cual comunica a sus descendientes.


¿El diálogo final de Tobías con su hijo es válido también para nosotros y nuestros hijos? ¿En qué aspectos?

sábado, 13 de junio de 2009

LA PALABRA DE DIOS ES PARA TODOS


En el segundo periodo Persa surgen los escritos de resistencia al encerramiento de la comunidad judía. El libro de Rut protesta contra la discriminación de la mujer extranjera. Jonás proclama la salvación para todos. Job cuestiona la visión tradicional de la teología de la retribución. El Cantar de los Cantares proclama la autonomía y la libertad de la mujer al escoger a su amado: “Grábame como un sello en tu corazón, como sello en su abrazo; porque el amor es mas fuerte que la muerte, la pasión más cruel que el Abismo. Sus llamas son flechas de fuego, intensas llamaradas” (Ct 8,6).


Escritos bíblicos del segundo periodo Persa: 445-333 a.C.

Tenemos solo los documentos del Antiguo Testamento que van aproximadamente del periodo histórico de Nehemías (445 a.c) y Esdras (398 a.c) hasta Antioco Epifanes IV (175-164 a.C.). Este es un periodo muy importante para la formación de la Biblia como libro.


- Rut: la abuela extranjera del rey David.

Es muy difícil situar el libro de Rut en su tiempo. Algunos lo ubican mucho antes del exilio, porque lo interpretan como consolidación de las leyes tribales. Otros lo localizan en el post-exilio, lo que parece corresponder mejor a la teología que el libro trae: el universalismo, el sentido del sufrimiento y la concepción de retribución que había en este periodo. Aunque el libro de Rut no sea polémico, critica la postura de Nehemías y Esdras, que estuvieron en contra del matrimonio de israelitas con mujeres extranjeras (en 13 y Esd 9). El autor del libro evoca el ejemplo de la abuela de David, una moabita extranjera, modelo de piedad. Rut es una protesta contra la discriminación de la mujer extranjera, viuda y pobre. Quiere reforzar los principios de la vida tribal, restaurando las relaciones familiares basadas en la fraternidad, en la puesta en común del pan y de la tierra, y en la descendencia para todos.


El libro de Rut cuestiona el tratamiento dado a la mujer en tiempos de Nehemías y Esdras. Responde también a las leyes del Deuteronomio (Dt 23,4-7) y apoya al profeta Malaquías (MI 2,14-16), que se opone a la separación conyugal de judíos con sus esposas extranjeras exigida por Esdras (Esd 9) El libro trae un bello testimonio de los derechos y deberes del rescatador (go`el) y la aplicación de la ley del levirato.


- Jonás: la palabra de Dios es para todos.

Jonás, en hebreo, significa “paloma”. El recibió la misión de anunciar la palabra de Dios al pueblo de Nínive, pero se rehusó y tomo un barco hacia Tarsis. Ante una fuerte tempestad, es arrojado al mar, tragado por un gran pez y vomitado en tierra firme (Jon 2,11). Cerca de Nínive. Predica en la ciudad y toda la población hace penitencia y se convierte a Dios. Es una especie de novela bíblica cuya finalidad es mostrar que la palabra de Dios, por un lado, es eficaz, a pesar de la resistencia y de las dificultades del profeta y, por otro, se dirige a todos, no solo al pueblo de Israel.


Jonás, en cierta forma, es una protesta contra Esdras, que aprisiona la palabra de Dios y quiere determinar a los destinatarios de la salvación: los puros, solo el pueblo elegido y escogido por Dios. Nínive es la capital de Asiria, que había destruido el reino del Norte. Eran considerados enemigos del pueblo de Israel y, en consecuencia, de su Dios. El libro de Jonás refleja el contexto de esta época, cuando la comunidad se cierra en si misma, olvidándose de que debe ser testigo del Señor y Luz de las naciones (Is 60,1-3).


- Proverbios 1-9: la sabiduría viene de Dios.

El libro de los proverbios pertenece a la literatura sapiencial. El autor se identifica con Salomón, hijo de David, rey de Israel. Esto no significa que sea él, de hecho, su autor, sino que se le atribuye su autoría para dar valor y sacralizar la obra, porque David era el ungido del Señor, el portador de la Alianza y de las Promesas. De su descendencia nacería el Mesías. Los proverbios no tratan de estos asuntos, pero el Señor es el punto de partida de la experiencia moral y religiosa que aquellos quieren transmitir.


El libro está formado por nueve colecciones. Nos interesa la primera, que surgió en este periodo de la dominación Persa (Pr 1-9). Trae las recomendaciones de la sabiduría: exhortaciones del padre educador que previene al hijo contra las malas compañías; enseña cómo adquirir y escoger la sabiduría (1,2-33; 8,22-35). Al final de la colección, el autor presenta la antítesis de la sabiduría: la insensatez (Pr 9,1-6; 9,13-18).


- Job

El libro de Job también hace parte de la literatura sapiencial. Ya tuvimos la oportunidad de conocer una parte del libro que surgió como escrito probablemente en el periodo de la monarquía unida. El comienzo y el final del libro (1,1-2,13 y 42,7-17) están escritos en prosa, con una unidad interna y teológica. La parte en poesía constituye el centro de la obra y trae otra visión teológica (3,1-31,40; 38,1-42,6) que corresponde mejor a todo periodo. Vivieron, entonces, una profunda crisis de fe en el poder y en la justicia de Dios.


Alguien que conocía la historia de Job se habría servido de ella para animar a los exiliados en la espera paciente de la justicia de Dios, pues en el libro de Ezequiel el Señor es presentado como ejemplo de justicia (Ez 14, 14,20). El autor compuso los poemas (3,1-31,40; 38,1-42,6) con una finalidad pastoral y profética, inspirándose en Ezequiel, que lo había precedido.


En el libro, Job es un héroe que sufría una serie de privaciones, y afirmaba no merecerlas. Tres de sus amigos y Elihu discutían con el sobre el valor de la vida y de la justicia humana y divina (31,35-37). Es un diálogo entre cuatro personas: en tres ciclos de discursos (3-14; 15-21; 22-27). Todos ellos defienden la tesis tradicional de la retribución terrestre: si Job esta sufriendo es porque pecó; el puede ser justo a sus propios ojos, pero no a los ojos de Dios.


Job afirma su inocencia y describe la injusticia que genera el sufrimiento de los pobres (cf. Job 20 y 24), y reivindica el derecho de ser reconocido públicamente en su inocencia. Pero, al actuar de esta manera, acusa al Dios de la teología de la retribución como responsable de su sufrimiento. El poeta se sirve del misterio del dolor humano para sondear el misterio de Dios.


En este momento entra Elihu, un cuarto personaje que contesta a Job y a sus amigos, e intenta justificar la manera como Dios se revela a Job en una teofanía. Los discursos de Dios son un prolongado cuestionamiento a Job: “¿Dónde estabas tu cuando fundaba yo la tierra? Indícalo, si sabes la verdad /…/ ¿conoces las leyes de los cielos? ¿Aplicas su fuero en la tierra? (38,4.33). ¿Por orden tuya se remonta el águila y coloca su nido en las alturas?” (39,27).


Las preguntas siguen. ¿Qué quiere decir el autor con ellas? Si el ser humano no es capaz de comprender los misterios de la naturaleza creada, mucho menos será capaz de entender los designios de Dios. Job responde a Dios:”He hablado a la ligera; ¿Qué voy a responder? Me tapare la boca con mi mano. Hablé una vez…, no he de repetir; dos veces…, ya no insistiré” (Job 40,4-5). Dios hace un segundo discurso de su dominio sobre las fuerzas del mal y Job, finalmente, concluye;”Yo te conocía solo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos” (Job 42,5). En el sufrimiento, Job tiene la experiencia del Dios verdadero. El poema termina con un acto de fe en la bondad y sanidad infinitas de Dios que supera nuestra capacidad humana de entender sus designios (42,1-6).


Cantar de los cantares

El libro del cantar de los cantares presenta en forma de poemas el amor humano entre dos jóvenes que se apasionan, se unen y se pierden, se buscan y, por fin, se encuentran. El amado es llamado “rey” (1,4.12) y “Salomón” (3,7.9), y la amada “Sulamita” (7,1). Hubo quien quiso situar la redacción del libro en tiempos de Salomón o poco después. Sin embargo, el estilo y el lenguaje sitúan la obra en el periodo Persa, aun mas tarde. El libro del Cantar de los Cantares presenta tres temas salvíficos: 1) el génesis del amor divino; 2) el éxodo/exilio como superación de la dificultades para el encuentro con la tierra (amado/a); 3) la redención de la amada (es decir, el pueblo de Israel).


Diversas interpretaciones fueron dadas al Cantar de los Cantares: natural, mítica y mística o alegórica. La interpretación natural describe la historia del amor entre un hombre y una mujer. La mítica retrata historias de los dioses y la mística o alegórica evoca el amor entre Dios y su pueblo; la primera pareja humana; el amor de Cristo por la Iglesia y el amor entre Cristo y la persona humana.


El libro del Cantar de los Cantares, situado en la época Persa, trae una nueva comprensión de su lenguaje. Protesta contra la marginación de la mujer, sobre todo a partir de Nehemías, Esdras y el grupo sacerdotal que elaboró las leyes de pureza. La resistencia y la valoración de la mujer crecieron en este periodo en que su marginación era más fuerte. La joven que presenta independiente y valiente, enfrentando a los guardianes de la ciudad (Ct 3,1-4; 5,2-8), al rival que la persigue (8,11-12) y a los hermanos que la quieren proteger (8,8-10). La obra resalta la dignidad de la mujer, ya sea madre o no.


Unión de las tradiciones Yavista, Elohista, Deuteronomista y Sacerdotal (JEDP)

Tuvimos posibilidad de conocer las cuatro principales tradiciones que forman de modo especial los cinco primeros libros de la Biblia, la Tora; Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Estos libros sufrieron añadidos, ampliaciones, reinterpretaciones y repeticiones en sus textos y fueron concluidos en esta época, formando así el actual Pentateuco. Pero la obra comenzó a ser escrita mucho antes. Vamos a hacer una rápida retrospectiva de los cuatro principales tradiciones que integran el Pentateuco: Yavista, Elohista, Deuteronomista y Sacerdotal.


En el estudio sobre la monarquía unida, hacia el año 1000 a.C. vimos la Tradición Yavista en los escritos de la época. Muchos debían integrar esta escuela. Sus autores mostraron un interés particular por las narraciones patriarcales, las promesas, la pascua y las bendiciones. Después, hacia el 900 a.C. surgió un segundo grupo, en el reino del Norte, identificado como Tradición Elohista. Su mayor interés era el tema de la Alianza (que retrata toda la experiencia del Sinaí).


Mas tarde, hacia el año 722 a.C. entre los escritos del exilio en Judá, y también en el reino del Norte, encontramos el inicio de la Tradición Deuteronomista, que es el primer núcleo del Deuteronomio. Su mayor interés es la cuestión de la tierra y de la monarquía. Finalmente, la Tradición Sacerdotal, que surgió durante el exilio en Babilonia, y cuyo interés fundamental eran los temas relacionados con las leyes, las genealogías y las cifras, etc.


La fusión de las cuatro tradiciones, que forman los cinco libros del Pentateuco, fue atribuida al grupo Sacerdotal, especialmente Esdras, aunque sea difícil afirmarlo con toda certeza. En su conjunto, el Pentateuco refleja la estructura religiosa y social de Israel, desde los patriarcas y Moisés hasta Esdras, que probablemente lo concluyó.


Salmos 19,8-15; 85; 96-98; 113; 116; 118; 119

Estos salmos reflejan algunos contextos y preocupaciones de este periodo. Los salmos 19,8-15 y 119 son una exaltación de la Ley de Dios. La Ley es presentada con sus diversos sinónimos: testimonio, precepto, estatuto, mandamiento, promesa, palabra, norma, camino. Sin embargo, debe entenderse en un sentido más amplio como enseñanza revelada, así como lo transmitieron los profetas.


El salmo 85 promete a los repatriados la paz mesiánica, anunciada por Isaías y Zacarías. Los salmos 96-98 exaltan a Dios como el rey y juez triunfante. Los dos últimos son himnos escatológicos. En ellos se encuentran muchas referencias a salmos anteriores y al Tercer Isaías. En el libro de los salmos, estos fueron agrupados por su afinidad universalista y celebran con entusiasmo a Dios entronizado, rey y juez de Israel, Señor de los pueblos.

Los salmos 113,116 y 118 inician el hallel (es decir, himno de alabanza) a Dios. Estos salmos eran recitados por los judíos en las grandes fiestas, principalmente en la comida pascual. Exaltan en nombre del Señor que “levanta de la basura al pobre y lo hace sentar con los nobles de su pueblo”. La acción de gracias continúa en los labios de la comunidad, representada en los diversos grupos que entraban en procesión al Templo. Es probable que fueran usados en la liturgia para la fiesta de las Tiendas, a la que se refieren Ne 8,13-18; Esd 3,4; Za 14,16; Ex 23,14.


Escritos extrabíblicos

Los escritos extrabíblicos del segundo periodo Persa son cerca de 20 papiros con muchos fragmentos sobre Samaria, región central de la tierra de Israel.


Papiros de Samarìa

Los papiros de Samaria fueron descubiertos entre 1962 y 1963, en el valle del Jordan. Originarios del siglo IV a.C. del segundo periodo Persa, son un total de 20 fragmentos, todos de carácter legal y administrativo. La importancia de estos documentos están en las informaciones que ofrecen sobre el derecho público y privado y la administración de Persia en este periodo. Traen la lista de cinco gobernadores de Samaria y de los sumos sacerdotes de Jerusalén, sus contemporáneos.


Escritos sobre el periodo.

Algunos escritos son de este periodo y retratan su realidad. Es el caso del libro de Rut. Ya hablamos sobre la temática que el libro presenta en relación con la mujer extranjera, viuda y sin hijos. Es una pequeña historia edificante que resalta el cumplimiento de las leyes en las tradiciones judías del rescatador y del levirato.


Esdras y Nehemías actúan en el periodo Persa, como aparece en sus escritos, pero los libros que llevan sus nombres fueron escritos probablemente después, en el periodo de la dominación griega.


Los capítulos 40-48 del libro de Ezequiel presentan visiones sobre la ciudad futura, en la que vivirá el futuro pueblo escatológico. Estos capítulos retratan las visiones del profeta, pero tal vez no en sus detalles. Estos habrían sido añadidos por sus discípulos en este segundo periodo Persa.


Conclusión

El periodo Persa se destacó por sus proyectos de reconstrucción de Judea, de modo especial de Jerusalén. Estos, sin duda, despertaron de nuevo la alegría y las esperanzas en los exiliados para reiniciar su vida en su propia tierra. Un sueño muy difícil de realizar. La destrucción de las ciudades de Judea, el Templo, de Jerusalén y de sus murallas fue en el año 587/6. Su reconstrucción fue lenta y difícil, a costa de mucho sacrificio. En verdad, detrás de los proyectos de reconstrucción se escondían los proyectos expansionistas de Persia, que deseaba llegar hasta Egipto, con miras a la ampliación del dominio económico mediante el cobro de impuestos, para esto, Persia necesitaba ganar la simpatía del pueblo de Judá, conocer su realidad y tenerlo como aliado y súbdito.


Sesbasar fue el primer jefe de caravanas que vino con un grupo de exiliados y con autorización de Persia para devolver los objetos del culto y reconstruir el Templo de Jerusalén (Esd 1,8-11). Encontró oposición y solo consiguió la postura de la primera piedra (Esd 5,14-16).


Con la muerte de Ciro, asume su hijo Cambises, que continúo el intento expansionista del padre y llegó hasta Egipto, pero tuvo que volver a causa de los conflictos internos en la sede del imperio: murió como consecuencia de estos.


Darío I, después de muchas luchas, se impuso en el 521 a.C. consolidando el imperio Persa. Incentivo la reconstrucción del Templo, que fue llevada adelante por Zorobabel, apoyado por los profetas Ageo y Zacarías. El Templo fue inaugurado en el 515 a.C. pero sin la presencia de Zorobabel ni del profeta Ageo. Se sabe son certeza cual fue el fin de los dos. El periodo Persa del tiempo de Sesbasar y Zorobabel, que corresponde al tiempo de los dos primeros proyectos, fue muy rico en producciones literarias. En el nacieron los libros de Ageo, Zacarías (1-8), tercer Isaías (56-66). Joel, Levítico, (1-7; 11-16) y diversos salmos.


Nehemías llevo adelante el tercer proyecto con miras a la reconstrucción de los muros de la ciudad de Jerusalén (Ne 2,11-3,38) y de la comunidad Judía. Era un hombre decidido. Se mostró preocupado por la situación del pueblo, sobre todo de los pobres y explotados. Entonces, pidió a los explotadores que devolvieran las tierras robadas a los pobres y perdonaran las deudas acumuladas (Ne 5,7-13). Nehemías vio en el problema de la tierra y de la familia la raíz de los males sociales de su tiempo, por eso, hizo valer la ley del año jubilar mediante el perdón de las deudas para devolver la dignidad a las familias y al pueblo. Consiguió reconstruir los muros de la ciudad de Jerusalén en la primera fase de su permanencia en Judá. Volvió una segunda vez y se preocupo más por restablecer la “pureza legal” y promovió políticamente a Judá, que paso a ser una provincia de Persia, independiente de Samaria. Dejo el camino abierto para Esdras.


Esdras llegó a Judea hacia el 398 a.C. y dio continuidad al trabajo iniciado por Nehemías en la reconstrucción de la comunidad Judía, que había perdido su identidad. La restableció con la observancia estricta de la ley de Dios y del rey (Esd 7,26). Expulso a las mujeres y a sus hijos que amenazaban esta fidelidad (Esd 10,3.11). Como protesta a esta medida de Esdras, surgieron diversos escritos bíblicos con rasgos proféticos contra la exclusión de la mujer extranjera, la opresión sobre el pueblo y el encerramiento de la comunidad sobre si misma: Rut, Jonás, Job, Cantar de los Cantares, Proverbios (1-9). En este tiempo el Pentateuco recibe forma definitiva, con la unión de las Tradiciones Yavista, Elohista, Deuteronomista y Sacerdotal. Nacieron también algunos salmos.


Hacia el año 350 a.C el imperio Persa comenzó a presentar señales visibles de decadencia provocada por los conflictos internos en la sucesión de los soberanos. Grecia ya había iniciado sus conquistas en Asia con Filipo, rey de Macedonia, asesinado en el 336 a.C. lo sucedió su hijo Alejandro. Este continúo las guerras de conquista, llegando a ocupar Anceniva; Tiro, Siria y Jerusalén en la batalla de Isso, en el 333 a.C.